La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

No nos des lecciones, Carolina Bescansa

A mí no me has hecho ningún favor, Carolina Bescansa. Ni a mí ni a las millones de mujeres que, por decisión propia y libre, somos madres sin renunciar por ello a nuestras carreras profesionales. Y tampoco nos des lecciones. Al menos esta de llevarte a tu hijo al trabajo para decirle al mundo aquello de ¡no sin mi hijo!

Al contrario, contigo hemos viajado en el tiempo hasta las cavernas profundas del machismo, la de esos trogloditas que se quedaron en la era del mono con la cría a cuestas. La de aquellos que todavía creen que si eres madre y trabajas pues tuyas son las cargas, los problemas y las responsabilidades.

Y también contigo hemos viajado en el espacio donde africanas y asiáticas se siguen partiendo la espalda en los cultivos portando un hijo delante y otro detrás mientras sus cabezas cargan un inmenso cubo del agua.

En el mundo occidental, esa es tu foto y ese tu mensaje equivocado. Las mujeres hemos batallado mucho para que tú vengas ahora, espectáculo mediante, a decirnos que eres más madre que ninguna resucitando viejos y denostados conceptos sobre la conciliación.

No, Bescansa, no. La conciliación no es llevarse el niño al puesto de trabajo. No es seguir demostrando que somos superwoman capaces de ser eficientes trabajadoras mientras que damos la teta al tiempo que corremos, tacón en mano, a poner el potaje al fuego.

Tu particular conciliación es un gigante paso atrás. Una vuelta al pasado para dar pábulo a esos trogloditas que harán de tu imagen un almanaque para restregar a sus mujeres cada día lo que entienden que debe ser una madre, una esposa y una trabajadora.

No, Bescansa, no. La conciliación es construir una sociedad donde la maternidad sea un valor, no una carga. Donde parir sea el mayor activo de un país sin que suponga echarse a la espalda el peso de la familia, los hijos y la organización del hogar. Donde las empresas y los gobiernos entiendan que sin madres se quedan sin futuros consumidores, contribuyentes o cotizantes.

Donde el cuidado y la educación de los hijos sean compartidos de verdad. Donde las guarderías (como la que tienes en el Congreso y rechazaste) sean numerosas y accesibles. Donde las mujeres no tengamos que pedir perdón por no llegar a todo. Donde al final del día no lleguemos con tal agotamiento que hasta cerrar los ojos es un esfuerzo.

Donde, al amanecer, nuestras cabezas no sean un PC reseteando las mil tareas pendientes. Donde podamos tener una actividad para cada espacio y un espacio para cada actividad. Donde en las entrevistas de trabajo no te pregunten tu edad para saber si eres fértil. O donde nuestra proyección profesional no tenga más piedras en el camino que las que pueda tener un hombre.

En definitiva, una sociedad donde la noticia sea que las mujeres hemos conseguido ser personas porque una diputada como tú, en vez de sonreír a la cámara, se puso a trabajar en ello. De esto es de lo que te tienes que ocupar y preocupar, Carolina Bescansa.

Compartir el artículo

stats