La ausencia de concesionario desde hace un año ya del quiosco de San Telmo permite que algunos desaprensivos se aprovechen del parque. Se ha visto cómo arrancaban uno de los bancos de San Telmo y se colocaba, sin rubor y sin educación, sobre el quiosco de la música para hacer tertulia nocturna a falta de una terraza donde echarse unas cervezas. Así se hace ciudad. Arrancando bancos de uno de los emblemas de la capital de Gran Canaria.