La Provincia - Diario de Las Palmas

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El periscopio

Un mundo con horizontes sombríos

El día de Reyes me levanté con un gran susto al oír que Corea del Norte posee bombas de hidrógeno (o de lo que sea) y que, incluso, las han probado ya. Como están apoyados por el poderoso régimen comunista-capitalista de China, es para echarse a temblar si les da por enemistarse con todos sus vecinos, sabiéndose invencibles.

Este año que empieza no va a ser mejor que el anterior porque existen muchas nubes en el horizonte que presagian gran inestabilidad en el mundo de la política y de la economía. Hay, además, hambre, guerras, enfrentamientos raciales, refugiados, etc., que complican aún más la situación. Si uno contempla el mundo musulmán, observamos las desavenencias entre sus distintas sectas y facciones, que si los suníes, los chiíes, los salafistas, los yihadistas... y por si fuera poco, el odio eterno que se tienen los árabes y judíos que mantiene una constante tensión en Oriente Medio, a la que se agregan la guerra de Irak y la irrupción del llamado Estado Islámico.

El panorama se ve también ensombrecido por la decisión de algunos países europeos, el mundo cristiano y liberal, de cerrar sus fronteras por las que se han venido colando miles de refugiados, a los que, probablemente, no van a poder ofrecerles un trabajo digno, ni mantenerlos. En otras partes de la tierra resurgen otros conflictos como el del inmaduro Maduro, con su revolución bolivariana (¡oh, si Bolívar levantara su cabeza!), que no se conforma con la derrota que ha sufrido en las urnas y ahora está intrigando y haciendo lo posible para crear inestabilidad, en un país ya de por sí convulso por la inseguridad y la terrible crisis económica que padece a pesar de ser una nación rica y con recursos.

Pero no vayamos tan lejos. En España, como éramos pocos parió la abuela. Por un lado tenemos a Carles Puigdemont decantándose por una Cataluña libre que convertirá en república (espero que no sea bananera) porque el hombre y la mitad de los catalanes (dice él) consideran que ya son mayorcitos y que no necesitan la tutela de nadie, y menos de España. A su vez, en esta misma piel de toro, reaparece un Rajoy amaguado, que no sabe si ir en peregrinación a Santiago de Compostela, para ver si se resuelve de una vez ese impasse, en el que no está claro si seguirá siendo presidente del gobierno, o pasará a la oposición, si deciden unirse Podemos, el PSOE y algún que otro comparsa más. O, ya saben: si no hay arreglo, nuevas elecciones.

Aquí en casa, en las Islas Afortunadas, también tenemos nuestras peculiaridades que rayan en lo esperpéntico como es el caso del ínclito González Arroyo que armó la marimorena en La Oliva porque quiere ser alcalde perpetuo de este pueblo majorero, al no acatar una condena judicial. Todo esto acompañado por una incontinencia verbal en la que el caballero asegura, entre otras lindezas, aparecidas en el periódico LA PROVINCIA, con la firma de Rubén Acosta: "No ha nacido macho que me tumbe". O "esa hazaña solo la puede hacer una hembra virgen y sin desfondar". Dicho que remató, refiriéndose a Cristina Almeida: "Si todas las mujeres fueran como ella yo sería virgen y célibe". Y entre sus declaraciones de tipo machista-burgués, dice: "Me parece vejatorio que se represente a la mujer en los folletos con una teta para abajo y otra para arriba". ¡Toma ya, Domingo! Te has lucido. En fin, se sabe que este señor ha permanecido setenta y siete días como alcalde de La Oliva, de forma ilegal. Existen personas que le tienen tanto apego al poder que es difícil desalojarlas. El mundo está lleno de ejemplos que así lo confirman.

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