Acaba una semana en la que la primera industria de Canarias ha ocupado un papel protagonista. Y que en estas Islas prácticamente nació en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Así lo atestiguan construcciones, publicaciones y fotografías casi centenarias. Aquel fenómeno incipiente se convertiría en una oleada masiva que en los años 60 y 70 del siglo pasado nos llevó a descubrir lo que en términos económicos y sociales significaban el sol y la playa. Muchas cosas han pasado desde entonces. Aquel acontecimiento masivo fue menguando para, después de algunos años de franca crisis, dejar paso a un nuevo tipo de visitantes, más interesados en la cultura, la gastronomía o la naturaleza y, en estos últimos años crecientemente, en nuestra capacidad de acoger sus actividades de trabajo o salud.

Las Palmas de Gran Canaria tiene el firme propósito de convertirse en un referente a nivel nacional y mundial del turismo urbano. Este nuevo sector tiene como uno de sus estandartes a las actividades de los cruceros, del que Las Palmas de Gran Canaria es una referencia al ocupar el tercer puesto nacional y el octavo de Europa, unas marcas inimaginables hace tan solo un lustro. Pero este sector también está íntimamente relacionado con quienes viajan a nuestra ciudad en busca de servicios sanitarios de calidad o para disfrutar del deporte, atletas que vienen buscando el buen tiempo o la peculiaridad de nuestra costa para entrenar.

En este nuevo marco operativo, Las Palmas de Gran Canaria cuenta con un Palacio de Congresos y una infraestructura hotelera que la convierten en un destino privilegiado para este tipo de visitantes y para la organización de eventos y congresos. El año pasado se celebraron en esta ciudad 16 congresos que trajeron a más de 4.300 visitantes, con un impacto económico cercano a los 23 millones de euros. Por eso, este es un segmento de mercado en el que hay que poner el foco con especial sensibilidad, con el objetivo de potenciar a Las Palmas de Gran Canaria como destino preferente para congresos.

La semana pasada he tenido el honor de ser nombrado por la Federación Española de Municipios y Provincias, Presidente del Spain Convention Bureau. Agradezco en estas líneas a la FEMP la confianza que ha depositado en mi y en Las Palmas de Gran Canaria, para encabezar esta sección que aglutina a más de 55 municipios de toda España. Creo que nuestra capital atesora una experiencia única para encabezar tal representatividad de un organismo de tanto peso en el sector a nivel nacional. El Spain Convention Bureau se creó con la finalidad de potenciar y promocionar por todo el mundo, a través de las ferias y encuentros internacionales, a las ciudades españolas como el destino ideal para celebrar congresos. Estoy seguro que esta nueva responsabilidad servirá también para ayudar a consolidar uno de los objetivos prioritarios del Gobierno que presido, convertir a Las Palmas de Gran Canaria en un destino de turismo urbano a nivel mundial.

Con ese objetivo, de la mano del concejal de Promoción Económica y Turismo, Pedro Quevedo, fuimos a trabajar a Madrid, estos días, los componentes de la delegación de Las Palmas de Gran Canaria en la Feria Internacional de Turismo (Fitur). Esta representación continuó en Madrid la incensante labor de mejora y progreso en el área del turismo que lleva a cabo todo el año. reuniéndose con gestores públicos, y empresarios del sector para que inviertan en nuestra ciudad.

No puedo dejar de referirme en estas líneas a las joyas de nuestra ciudad. Los rincones mágicos debemos cuidar y preservar, como el casco histórico de Vegueta-Triana o Las Canteras o, también, sin duda, el Pueblo Canario, un bien de interés cultural, cuyo declive ha estado en los focos de la opinión pública en las últimas semanas. El Pueblo Canario está íntimamente unido a mi niñez ya que me críe muy cerca, en Tomás Morales. Por aquellos arcos y aquellas escaleras correteé de pequeño con mis primos o con mis amigos. Ahora la que corre por esa geografía histórica que nos dejó Néstor es mi hija, ya que nunca me fui muy lejos de mi barrio natal y es ahí donde sigo viviendo con mi esposa y mi hija. Es por eso por lo que puedo decir con rotundidad que llevo demasiados años contemplando como una joya arquitectónica de la ciudad se iba deteriorando poco a poco, sin que nadie hiciera lo suficiente para frenar es deriva hacia el abismo. Ningún gobierno municipal se tomo en serio al Pueblo Canario. Se acometieron pequeñas obras que no fueron más que parches que ahora se caen para dejar a la vista unos costurones de decrepitud. Pues bien, este Gobierno municipal, se ha tomado muy en serio la rehabilitación integral del conjunto histórico, recurso turístico y herencia sentimental común, de todos los vecinos de nuestra ciudad. Ya se viene trabajando en un plan especial que permita afrontar la rehabilitación total del Pueblo Canario con el sosiego que se merece, un rincón donde mis nietos puedan jugar como yo lo hice cuando era un niño. Un lugar al que le demos la oportunidad de que siga siendo un espacio abierto a la ciudadanía y al turismo, un recinto vivo y con futuro.