Amigo Lucas, te confieso que siempre, subiendo la cuesta de enero, espero de forma especial la semana Ecuménica de la Unidad que celebramos los cristianos del 18 al 25 por toda Europa, rezando especialmente por la Unidad de los que siguen a Jesús en el mundo. Sé que en esta semana, desde hace ya muchos años, no faltan los grupos cristianos que intensifican más la oración, teniendo encuentros que abren buenos caminos a la Unidad de las Iglesias que creen en Jesús como Hijo de Dios el Salvador del mundo. Sí, la semana del Ecumenismo nos ofrece a todos los creyentes un momento grande para orar por la Unidad de los cristianos ayudándonos a pensar en el desastre que ha sido para la misma Iglesia la rotura de la Unidad que dejó Jesús. Te invito a leer el texto bíblico que este año está tomado de la primera carta de Pedro 2, 9-10 donde nos dice que estamos todos llamados a redescubrir nuestro bautismo dejando atrás lo que nos divide. Por ello desde este minuto hoy invito a los amigos a orar y si es posible a visitar el Templo ecuménico de Playa del Inglés, en Maspalomas. Sí, aseguro que aquel precioso lugar ayuda a orar por la Unidad en la Iglesia y te confieso que, gracias al carisma del gran obispo Infantes Florido, este templo desde el año 1970 ha sido un buen altavoz que reza todo el año por la Unidad de todos los cristianos en el mundo. Desde este escrito y, mirando hacia atrás, doy gracias al obispo Infantes Florido que fue quien me puso como sacerdote del Templo ecuménico donde estuve unos 10 años aprendiendo a diario de fieles y de pastores y pastoras a vivir la Unidad que nos pide el Maestro de Galilea Jesús de Nazaret.
Amigo Lucas, te confieso hoy que el mundo del Ecumenismo me ha enseñado en la vida a ser más libre en mi Iglesia y a huir algo de los muchos libros que a veces esclavizan en vez de enseñar a ser más fieles al Señor. Sí, con gusto todavía recuerdo aquel trabajo pastoral que me acercaba a personas de otras culturas comprobando a diario que todas tenían amor grande a Dios y a la humanidad. Sí, hoy reconozco que el Ecumenismo me ha enseñado a vivir buscando siempre lo esencial en la Fe con aquellos que no están en el mismo camino, pero viendo que todos ellos tienen riquezas escondidas y muchas veces mayores que las que nosotros tenemos. Desde este minuto agradezco al Templo ecuménico y a sus pastores y pastoras su presencia animando a los cristianos a ser luz viva de Cristo en la tierra. De verdad que desde aquí doy vivas al papa Juan XXIII, a las Misioneras de la Unidad, a la Comunidad de monjas contemplativas protestantes en Montpellier y a muchos otros que fueron y son luz en el camino ecuménico...
Amigos, les pido que recen estos días para que el Ecumenismo siga a diario abriendo puertas y sea la medicina eficaz que vaya quitando lentamente muchos fanatismos de encima como aquel con el que yo mismo vivía diciendo alguna vez que fuera de la Iglesia no hay salvación. Sí, les aseguro que trabajar en el mundo del Ecumenismo me enseñó a buscar nuevos caminos para llegar al Dios de salvación que está sobre todos nosotros. Cierro el minuto felicitando a los salesianos por el día 31, fiesta de D. Bosco, recordando a los compañeros que pasamos por el colegio de ir al brindis y también a la Imposición de insignia que será este año el día 29 en la misa de 8 de la tarde donde pediremos al gran apóstol de la Juventud, al hijo de mamá Margarita, que nos bendiga desde el Cielo como bien sabe él hacerlo.
