La Provincia - Diario de Las Palmas

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'Pesadillas'

Divertidas pesadillas

El cine familiar de aventuras no está bien visto, aunque tenga éxito comercial. En demasiadas ocasiones se le trata con una ligereza del que permite que las cosas estén porque no queda otro remedio. Se le perdona la vida. Gana dinero de pobres niños sugestionables y punto. Con esta actitud se nos olvidan tantas joyas de este subgénero que floreció en los ochenta con cimas como Gremlins o Los goonies que forman parte de los hitos de la Historia del cine. De todas maneras, el balance entre convertirse en una película infantil tontorrona o entrar en territorios adultos que le vienen grandes es muy difícil y por eso hay que celebrar el estreno de Pesadillas. En el filme de Rob Letterman, director también de la reciente (y estupenda) Los viajes de Gulliver, se remezclan las novelas juveniles de horror del escritor R. L. Stine y, junto con el propio autor, interpretado por Jack Black, se saca de sus páginas a monstruos para que asedien a unos adolescentes alrededor de una ciudad cualquiera del Medio Oeste norteamericano.

Con momentos deliciosos y malvados, como cuando Stine se ve obligado a escribir en un teatro donde se representa El resplandor, la película funciona siempre por su falta de pretenciosidad, su reparto de chavales (por ejemplo, el asombroso Ryan Lee) y un guión obsesionado con entretener a través de carreras, miedos y aventuras. Lógicamente, las criaturas de Stine quieren acabar con su padre y esto refiere a muchas literaturas que podrían hacer que el metraje cayese en la gravedad. No lo hace y uno disfruta hasta el final con ese muñeco de ventrílocuo tan sombrío y malvado que sirve para representar el universo de ficción de Stine, donde viven personajes amables del imaginario infantil (el payaso, los enanitos) que nos muestran su lado oscuro y, cómo no, nos divierten. Mucho.

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