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Reflexión

La vesánica diputada Rosell

La respuesta, ampliamente difundida, de la diputada Rosell, a mis declaraciones en TVE13, publicadas en la prensa, es calumniosa e injuriosa, como esperaba, propia de los soberbios, deshonestos y sin ética. No me ha perdonado que sea el único abogado en ejercicio, Magistrado en excedencia en ese momento, que haya criticado públicamente sus actuaciones judiciales en el artículo La justiciera juez Rosell, publicado hace algunos años. No ignoro que hay algunos jueces que están molestos con mis críticos artículos a actuaciones judiciales concretas. Si ningún otro abogado a justiciable lo hace es por el comprensible temor reverencial a los jueces, que, como fue la diputada Rosell, quieren ser temidos, cuando lo que deben pretender es ser respetados por los justiciables y por todos los profesionales del Derecho. Los jueces no tienen patente de corso, aunque algunos, como ella, no soportan la crítica. El que fuera presidente de la Sala II y V del Tribunal Supremo, José Jiménez Villarejo, afirmaba, con mucha razón, "que todos los órganos del poder judicial, como los de los otros poderes del Estado, están sometidos a la crítica de la opinión pública, que no tiene forzosamente que retroceder ante el uso de expresiones que puedan resultar molestas e incluso hirientes para los jueces criticados, siempre que no tengan un significado objetivamente calumnioso o injurioso". La crítica a las resoluciones judiciales, que sólo supone un control difuso del poder judicial, es imprescindible para evitar errores judiciales e injusticias irreparables y mantener la confianza del pueblo en una Justicia sustraída al control público (STC. 96/1987 y 65/1992). Sobre las descalificaciones personales de la diputada Rosell, debo precisar lo siguiente:

1) Es obvio que un justiciable al que se pueda calificar de corrupto, como el más abyecto de los criminales, tiene el derecho fundamental a la defensa (art. 24.2 de la C.E.) "los sagrados fueros de la defensa" que diría Alonso Martínez, lo cual no convierte al abogado defensor en corrupto o criminal. No obstante, aunque yo no me dedico preferentemente al derecho penal, nunca he aceptado una defensa si no estoy convencido de la inocencia de mi defendido en causas por cohecho o malversación de fondos públicos. En la dos únicas causas por delito de malversación que he defendido después de 17 y 6 años de instrucción penal heterodoxa (caso Icfem y Patronato) he logrado la absolución de un miembro histórico del PCE, de un miembro histórico del sindicalismo portuario, y de una diputada del PP.

2) Organicé no un acto de homenaje sino de desagravio a un Magistrado que fuera Presidente de la Audiencia Provincial, al ser absuelto por el Tribunal Supremo y anulada por este su expulsión de la Carrera Judicial, al cual, la diputada Rosell, de forma cobarde y miserable, sin nombrarle, le califica indirectamente de corrupto, sin respetar las sentencias absolutorias, lo que delata la perversidad de ésta nombrada "in pectore", ministra de Justicia por el caudillo Pablo Iglesias.

3) He recabado testimonios, que se conocerán en su momento, de funcionarios, como, entre otros, el de la esposa de un magistrado de la Audiencia Provincial de Tenerife, y de justiciables, y el de la esposa de un General, cuya vergonzante acta de declaración obra en mi poder, a quienes la diputada Rosell maltrató y humilló como Juez de Instrucción. En mi presencia y ante varios profesionales del Derecho llamó públicamente la atención despectivamente y humilló a una funcionaria hasta hacerla llorar. He conocido a jueces y fiscales duros en el interrogatorio, y yo mismo lo fui cuando ejercí de Juez de Instrucción, de lo que estoy profundamente arrepentido, pero jamás había soportado un interrogatorio tan vejatorio, despótico, humillante, e inquisitorial, propio de la Santa Inquisición, como al que sometió, en mi presencia como abogado, a un matrimonio humilde de las medianías de Gran Canaria. A un empresario hotelero de Fuerteventura que tenía su domicilio en el mismo hotel, del que yo soy abogado defensor en dos causa acumuladas por presunto delito fiscal, cuyo domicilio constaba en el sumario que obra en mi poder, le decretó la busca y captura y se le trajo esposado desde Puerto del Rosario a su Juzgado en Las Palmas.

4) La anulación de mi nombramiento como FGE, después de haber cesado en el cargo, se produjo al considerar que los servicios especiales que tenía en mi actividad política, no se podían considerar efectivos para dicho nombramiento, aunque se consideraran efectivos para ser magistrado del Tribunal Supremo. Años después se ha modificado la LOPJ para permitir que a los jueces que se dediquen a la política en situación de servicios especiales le cuenten como efectivos, como ahora sucede con la diputada Rosell. La anulación de mi nombramiento se produjo en la etapa final de los gobiernos de Felipe González, víctima de la conjura denunciada por J.M. Ansón, por lo que el Tribunal Supremo pudo resultar vulnerable a presiones mediáticas y corporativas. El transcurso del tiempo ha ido derribando los muros de críticas y descalificaciones que me hicieron entonces, y hoy se reconoce mi paso por la FGE como muy positivo.

He sido el único juez de España que, después de mi larga etapa política, no volví a la Carrera Judicial, por imperativos éticos de la izquierda, ya que no podía parecer imparcial. Veremos si la diputada Rosell, que se considera de izquierdas, haga lo mismo, aunque lo dudo porque no creo que sea capaz de ganarse la vida ejerciendo otra profesión.

5) Nací en un pueblo considerado una de las cunas del socialismo canario. Se puede decir que soy socialista desde que nací, y militó en el PSOE desde los 18 años. He ocupado cargos importantes que requerían la confianza de sus dirigentes. Me he dedicado durante cincuenta años a reivindicar la figura histórica del Dr. Negrín, de cuya Fundación soy vicepresidente y antes presidente. Tengo la vanidad de ser de los militantes socialistas que mejor conoce la historia del PSOE. Resulta grotesco y ridículo que la diputada Rosell me crea un submarino de la derecha, cuando ella no es de izquierdas, sino una populista oportunista, como Podemos, que ha considerado al PSOE como la "casta", lo ha humillado y equiparado a la derecha, y ha intentado el "sorpasso" para acabar con los 140 años de ejemplar trayectoria, con luces y sombras, del partido más antiguo de España.

Ahora la diputada Rosell ya no tiene el incontrolado poder de un Juez de Instrucción del que ha abusado perversamente. Va a tener que soportar muchas críticas y descalificaciones desde que suba a la tribuna del Congreso y se manifieste su mediocridad profesional e intelectual, o cuando sea interrogada más pronto que tarde en el Tribunal Supremo por la comisión de un presunto delito en una causa que motivó un enfrentamiento con el Ministerio Fiscal.

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