La conjunción de la zona portuaria con Las Palmas de Gran Canaria está dando lugar a muchos quebraderos de cabeza al faltar un entendimiento total entre ambas partes con una política conjunta, sobre todo de cara al visitante que se encuentra con un parón en los proyectos que había planificado la anterior corporación para adecentar todo el perímetro que va desde el muelle de Santa Catalina hasta la playa de Las Canteras.
En primer lugar resulta incomprensible que el enlucido de las depresiones de la Avenida Marítima desde las Alcaravaneras hasta el Mercado del Puerto estén si terminar con un feo aspecto de cara a los cientos de turistas que pasan en las guaguas y otros vehículos. Otro tema es el bloqueo cada vez que llegan las fiestas del Carnaval con ese "paredón" que cierra el acceso a través del muelle de Santa Catalina y que constituye por su parte trasera toda una afrenta para los cientos de visitantes que llegan en los cruceros.
Entendemos que tiene que haber una política conjunta entre el Puerto y la ciudad, exigiendo que exista una comisión por ambas partes que se reúna periódicamente para fijar planes e ideas, buscando un mejor ornato y planeamiento, al margen del color político que tengan ambas corporaciones.
Ahora mismo es una pena que el esfuerzo realizado por el anterior ayuntamiento presidido por el alcalde Juan José Cardona, desde la rehabilitación de las Casa del Turismo hasta el Parque de Santa Catalina, pasando por el acceso de una parte de la calle de Luis Morote, se haya quedado paralizado porque no hay la misma visión en la actual corporación de Augusto Hidalgo.
El camino no es otro que darle continuidad, mirando hacia el puerto de La Luz porque la ciudad no puede darle la espalda a sus huéspedes, si de verdad queremos mejorar nuestra hospitalidad en todos los aspectos.
