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El patio

Sí al gobierno por el cambio

Reconozco que esta es una opinión muy controvertida, después del panorama político que se ha configurado como consecuencia del resultado electoral del pasado 20D. Pero no creo tener para expresarla menos derecho que otros compañeros, por muy importantes que se consideren. Es más, estimo que las y los militantes de base del PSOE tenemos nuestra libertad de expresión muy limitada y el poder decisorio aún más, pero eso no significa que nuestras consideraciones no sean tan o más acertadas y convenientes que las de algunos de nuestros dirigentes, sobre todo si se tiene en cuenta que en muchas ocasiones anteponen a los intereses generales los suyos particulares, que suelen coincidir con los de sus homólogos del PP, aparte de la cada vez más sintonía ideológica entre ellos.

Prácticamente descartada la conveniencia de nuevas elecciones, las dos posiciones que se están barajando por el PSOE son la oficialista del Comité Federal, emanada el 26 de diciembre: "no al apoyo de Rajoy y del PP, para que puedan configurar el próximo gobierno" y que como alternativa, Pedro Sánchez intente formarlo con otras fuerzas políticas, pero en el caso de Podemos, sin que trate de imponer líneas rojas para lograrlo, como pretenden con el referéndum por la autodeterminación del pueblo catalán. Aunque con toda seguridad después de reformarse la Constitución, esa sería la solución para acabar con este problema y es que el pueblo catalán, como en su momento el escocés, seguro que votaría no a la independencia. El Comité Federal es el órgano máximo entre congresos y entre otras decisiones tiene que fijar la política de pactos, que en esta ocasión tuvo lugar el pasado 30 de enero. Igual que los demás órganos del PSOE está viciado y mediatizado, pues sus miembros con arreglo a las estructuras jerarquizadas del Partido, son elegidos (impuestos) en listas cerradas por los barones regionales.

Desde antes de las elecciones diferentes jerarcas socialistas se han venido pronunciando a favor de un pacto de gran coalición entre PP y PSOE. La excusa perfecta era la "necesaria estabilidad" que no estaba garantizada debido a la confluencia de dos nuevos partidos políticos alternativos: Podemos y Ciudadanos y la valoración de las encuestas que les daban la posibilidad de conseguir unos buenos resultados electorales, como así ha ocurrido, siendo en el caso de Podemos bastante determinante su apoyo a un posible gobierno del PSOE presidido por Pedro Sánchez. Acusaban y siguen acusando a Podemos de "populistas", "neocomunistas", "bolivarianos", "bolcheviques", etc.

Con su gran arrogancia y prepotencia, no han sido capaces de hacerse ninguna autocrítica y analizar el porqué del nacimiento de Podemos, que ha sido fundamentalmente por haber secuestrado al partido desde las instituciones, y que éste perdiera su sensibilidad socialista y la capacidad de dar respuesta a los graves problemas que estaban y están padeciendo la mayoría de las ciudadanas y ciudadanos.

Ahora querámoslo a no, Podemos es una realidad y en gran medida debemos estar satisfechos, porque no obtuvieron como se esperaba mejor resultado electoral que el PSOE, lo que hace posible que con sus apoyos Pedro Sánchez pueda ser investido presidente del gobierno.

Sin embargo esa más que posible y deseada realidad está siendo cuando menos obstaculizada y boicoteada por determinados dirigentes actuales y anteriores, que aún tienen mucho peso y poder de decisión en el PSOE. Lo cierto es que si el Partido Socialista quiere reencontrarse con su electorado, tiene que volver a recuperar muchas de sus señas de identidad y que Podemos nos las ha arrebatado haciéndolas suyas propias. Creo que Pedro Sánchez va en esa dirección y merece confianza y apoyo. Sería imperdonable que estos jerarcas del PSOE se salgan con la suya y que con el respaldo del Partido Socialista activo (voto a favor) o pasivo (abstención), el PP continúe gobernando y retrotrayéndonos, como ha venido haciendo durante éstos últimos cuatro años, a épocas nefastas pasadas que pensábamos superar.

Tanto PSOE como Podemos (dirigentes de ambas formaciones), han cometido muchas equivocaciones acusándose mutuamente, en la mayoría de los casos sin ningún motivo. Lo último y más importante porque es lo que a partir de ahora cuenta, es que no fueron adecuadas las formas de Pablo Iglesias para después de su visita a la Zarzuela del pasado viernes 22, exponer en rueda de prensa una serie de condiciones y medidas en caso de formar gobierno con el PSOE, estas no son ningún inconveniente para llegar a un acuerdo, como posteriormente Pedro Sánchez explicó, ya que el Partido Socialista las tiene en su programa electoral.

La incoherencia de Pablo Iglesias ha sido decir que no formaría parte de un gobierno que no fuera presidido por él y sin embargo, en la referida rueda de prensa se postuló como vicepresidente de ese hipotético gobierno, e hizo lo mismo con otras personas de su entorno y dirigentes de podemos postulándolas como ministrables.

En rueda de prensa posterior a la de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez se mostró receptivo a su propuesta y expuso que los militantes y simpatizantes tanto de Podemos como del PSOE, no entenderían que ambos no dialogaran para tratar de lograr un gobierno de cambio alternativo al PP. Esa es la tarea que tienen encomendada y vamos a confiar en que por responsabilidad y sentido común, la acuerden y lleven lo más pronto posible a efecto.

Es de esperar que la propuesta de Pablo Iglesias, sea sincera y que no se trate de una maniobra para obtener réditos electorales menoscabando al Partido Socialista. Si así fuera, se lo pondría muy fácil a los barones del PSOE, para reivindicar con más energía la gran coalición con el PP y en caso de producirse, mantendría al Partido Popular mucho más tiempo en el poder.

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