La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entre la ilusión y la inquietud

El país que surgió del 20-D se mueve entre la inquietud y la ilusión. La vieja política da paso a la nueva, aunque sea a regañadientes y con temor y temblor. Es probable que Rajoy esté viviendo sus últimos meses al frente de un PP que asiste de perfil al enésimo sainete de la corrupción, que actúa como un poderoso repelente para el pacto y da ánimos a un Sánchez cuya situación estratégica tampoco resulta alentadora. A su favor juega la línea roja que rodea a la derecha en España y la convierte en el chivo expiatorio ideal para la izquierda y los nacionalismos.

A su favor también cabe reconocerle una mayor iniciativa, quizá inspirada más por la armada portuguesa que por el delirio griego. Sánchez desea presidir este país a toda costa -lo cual, honestamente, me parece legítimo-. El problema es que no todo vale.

Pedro Sánchez sabe que no puede gobernar solo y que la exigencia de una coalición tan amplia convierte en endiablada cualquier acción de gobierno. La convergencia reformista le conduce a Ciudadanos, pero no su visión territorial, menos centralista que la del partido naranja. Sin embargo, Rivera tiene que pactar a toda costa para evitar la convocatoria de elecciones que le harían perder un buen número de diputados. Ciudadanos es todavía un partido a medio hacer, de élites urbanas y banquillo limitado, sobre todo fuera de las grandes ciudades. Necesita tiempo para crecer y asentar un perfil propio; y ello, a su vez, requiere no cometer errores graves. El pacto Sánchez/Rivera es posible pero no suficiente.

El candidato Sánchez está solo, aunque cuente con el poderoso aglutinante de que se halla en disposición de tocar poder. El Rey ha encontrado a su Suárez, le ha entregado el medio del campo y le ha pedido que mueva el balón hasta definir un resultado. Si no lo logra, la previsión pasa por la convocatoria de unas nuevas generales, cuyo único beneficiario sería Podemos. Tal vez todavía no estén maduros los tiempos para una gran coalición. Pero quizás tampoco falte mucho.

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