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Con otra cara

Papá por una servilleta

Mira que este chico parece buen tipo. Simpático, familiar, sencillo y hecho a sí mismo, es el hijo perfecto de cualquier padre, menos del que parece ser el suyo. Manuel Díaz el Cordobés ha aguantado 47 años sin poder certificar, como le aseguró su madre, que es hijo de Manuel Benítez el Cordobés, torero, como él, y clavadito físicamente. Los parecidos, sin embargo, no parecen tener mucho peso ante la Justicia, por lo que el joven ha optado por recurrir a un detective privado para demostrar de una vez por todas que a él no lo trajo la cigüeña. Díaz en la revista Hola ha asegurado que no quería obligar a su padre a reconocerlo, pero que al final ha optado por presentar una demanda de paternidad harto de los ninguneos y desprecios de Manuel Benítez cada vez que se le preguntaba públicamente por su supuesto hijo, como ocurrió recientemente en una entrevista en televisión. Cuenta Díaz que sus hijos le llegaron a preguntar por qué su padre no quería hablar de él y que esa fue la gota que colmó el vaso. "Fue muy fuerte. Este es el peor momento de mi vida; siento un gran vacío y no quiero morirme con él", indicó el torero, quien, ni corto ni perezoso, contrató a un detective que se hizo con una servilleta con la que su padre se había limpiado los labios en un bar. Como en una película, vamos. El caso es que al cotejar el ADN de la servilleta con el suyo en el Centro de Análisis Genéticos se ha determinado que son padre e hijo con un 99,99% de posibilidades. Ahora lo tendrá que determinar un juez, pero todo apunta a que, quiera o no, el viejo Cordobés va a ver aumentar su prole, que no es pequeña, cinco hijos de su matrimonio y al menos una hija extraconyugal que tuvo que asumir por obligación, ya que el torero se negó a hacerse las pruebas de paternidad.

En el caso de Manuel Díaz, si finalmente los jueces le dan la razón, se cerraría un capítulo que comenzó en 1968, cuando una joven humilde que trabajaba como asistenta fue seducida por un rico y popular torero que la dejó luego abandonada con un bebé, un reloj de oro y algo de dinero como recuerdo de la aventura. Todo un culebrón. Pese a la negativa de su padre a reconocerlo, Manuel Díaz siempre ha hablado de él con respeto y admiración. Ante sus hijos se refiere a su supuesto padre como "el abuelo" e incluso en su casa hay una foto de cuando Manuel Benítez le saludó en un acto del Círculo Taurino de Córdoba. Encima dice que no quiere dinero ni herencia ni más fama de la que ya tiene. ¿Cómo es posible que no te quieran, hijo mío?

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