Andrew Cuomo, ex gobernador de Nueva York acuñó la frase: "Se hace campaña en poesía, pero se gobierna en prosa"; frase muy citada por Hillary Clinton en sus campañas (que además aclara: "Prosa, como en la letra pequeña de los contratos"). Prosa a la que ahora debe dedicarse Macri en la Argentina y también Maduro, que gobierna en una Venezuela que votó contra él.
En España, país de inmensos poetas, los políticos, ahora, cuando deberían hacer poesía hacen prosa (Rajoy con sus cifras, Podemos con Errejón y Monedero publicando larguísimos artículos extremadamente "prosaicos", plúmbeos. Sánchez, y quizá Garzón, se salven algo). Claro: porque estamos precisamente en un puzle de peliaguda, casi imposible solución; o sea que estamos aún en campaña electoral, o preelectoral de las eventuales y amenazantes -para muchos- nuevas elecciones.
Sería entonces, según Andrew Cuomo (con cuya frase no estoy totalmente de acuerdo), tiempo para la "poesía política" de las campañas y no para la "prosa política" de los gobiernos. Y habría que recordarles a los poetas -o poetastros- políticos los consejos de Antonio Machado: "Despertad, cantores:/acaben los ecos,/empiecen las voces". Y también: "Mas no busquéis disonancias;/porque, al fin, nada disuena,/siempre al son que tocan bailan".
Y el son que tocan en esta Unión Europea (unión no democrática de estados democráticos) y al que bailamos todos, nos guste o no, es el de las multinacionales, como lo demuestra el malhadado TTIP que nos quieren imponer, sea cual fuere la poesía o prosa política que hagamos los españoles.
