La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cartas a Gregorio

Manuel Ojeda

Cerrado por reformas

Querido amigo, me voy a coger vacaciones para el resto de mi vida. Los que somos autónomos podemos irnos de vacaciones cuando nos dé la gana y subirnos el sueldo cada vez que nos apetezca... ¿que eso no se puede hacer?, pues mira tú si no es eso lo que hacen los cargos públicos.

Los partidos políticos son como una empresa pero con la ventaja de que los sueldos se los ponen ellos y los pagamos nosotros. El personal no necesita de título ni preparación alguna, cotiza menos durante menos tiempo y cobra el máximo de pensión.

Si su gestión es mala, no importa porque no está vinculada a los resultados, por lo que puedes dejar las cuentas patas arriba y sin un duro que la empresa pública sigue pagando aunque tenga que hipotecarse para los próximos cien años.

Para colmo, cuando no estás a gusto en un partido, te cambias a otro o te pasas al grupo mixto, que es algo así como el limbo: unas vacaciones pagadas donde descansas y esperas tranquilamente hasta que aparezca alguien que te ofrezca algo que te convenga.

En las empresas públicas puedes hacer lo que quieras porque tu partido responde por ti, para eso están precisamente las listas cerradas. Si te equivocas, tampoco pasa nada aunque el error sea monumental, a lo sumo y si te parece bien, puedes pedir perdón y seguir luego a lo tuyo.

Lo mejor que tiene este negocio es que se hacen acuerdos políticos de no agresión, aplicándose la consigna de: hoy por ti y mañana por mí.

Si la gente se mosquea, se montan un teatro para echarse las culpas unos a otros, pero luego hacen las paces y se dan la mano como caballeros.

Cuando la cosa se pone mal, todos se apuntan al "cambio" pero, si ya se pone muy mal, entonces hay que hablar de "transición": una especie de amnistía y un pacto de silencio entre todos donde se revocan los antecedentes criminales de cada uno para partir de cero, y aquí no ha pasado nada.

Y nosotros, ¿qué...? Pues nosotros, a ondear las banderitas del partido y aplaudir a nuestros líderes, no vaya a ser que algún día nos necesiten y se les ocurra contar también con nosotros.

Pues sí, Gregorio, así son la mayoría de los hijo putas que llamamos Señorías, y no me refiero a la ilegitimidad filial de nadie, sino al disfemismo que merece quien se aprovecha de su posición política para enriquecerse mientras que, a quien se debía, pasa necesidades.

Ahora se vuelve a hablar de transición... ¿otra absolución urbi el orbi?

No es de extrañar que, cuando aparece en el escenario un nuevo figurante sin antecedentes, todos se pongan nerviosos, porque debe ser complicado compartir el pastel y el silencio entre tanta gente. Sobre todo si el debutante les sale listo y con coleta...

Pero todo es cuestión de tiempo y nadie se tiene que preocupar cuando la empresa se cierra por reformas.

Pasado un tiempo, volverá a florecer la primavera y lo que no mata engorda, y estos son de los de seguir engordando.

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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