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No me llenen los bolsillos que me arruinan

Si hago caso a los gurús, la culpa de que vuelva la crisis la tengo yo y, claro, todos ustedes, irresponsables ciudadanos que nos aprovechamos de los bancos, de las petroleras y hasta de los mismísimos gobiernos. Pagar menos por los intereses, por la gasolina y por los impuestos nos puede salir caro, carísimo.

Acciones que llenan algo más nuestros míseros bolsillos pero que podrían irse por un tremendo agujero para recordarnos que la ruina es, más que nada, nuestro estado natural.

Vayamos por partes. Primero, la banca, mi musa preferida. Resulta que tiene apretones después de meterle un edema de 100.000 millones llamado rescate que los contribuyentes tardaremos siglos en pagar. Y tiene apretones porque no obtiene la rentabilidad deseada.

¡Qué penita me da! En 2015, los seis bancos más grandes de España ganaron 11.652 millones de euros, solo un 8% más que en 2014. Por no dar créditos, han perdido el 54% de los ingresos a lo que se une, para alegría de nuestras hipotecas, unos tipos de interés cercanos al cero patatero. Hay que ver cómo nos cargamos su negocio.

Pues ya nos vale que ganen más dinero porque, de lo contrario, los mercados se ponen nerviosos, les retiran la pasta, estallan las bolsas y, al final, ahí te quedas con otra crisis financiera.

Segundo, las petroleras, en el número dos del ranking. Después de años pagando el litro de gasolina a precio de whisky de malta, desde hace meses empresas y ciudadanos nos tomamos unas cañas a su costa. Más euros al bolsillo pero ojo que, según los gurús, van derechitos al mismo agujerito.

Es que un petróleo barato desfonda a cualquiera, oiga. Ya se han evaporado 250.000 millones del valor en Bolsa de las petroleras europeas, así que, por las mismas y poderosas razones, los inversores salen dando patadas de las cotizadas. Patadas que acabarán en nuestro culo, ya habituado a ser la diana de tanto cabreo cuando de perder beneficios a mansalva se trata.

Y, para acabar, nos queda el gobierno. Siempre nos quedará el gobierno. Nos rebajaron los impuestos (los que nos subieron) para contribuir a llenar esos penosos bolsillos y, por lo que parece, correrán la misma suerte que los euros de gasolinas e hipotecas.

Con la alegría que da un proceso electoral, nos bajaron el IRPF para que ahora no cuadre un presupuesto que vale menos que el periódico de ayer. Fantasía que Bruselas ya advirtió y que ahora nos exige ajustar a modo de recortes o reponiendo impuestos. Total, 9.000 millones de na.

Por tanto, bancos, petroleras y gobiernos: no me llenen los bolsillos que me arruinan. ¿Oyeron? Vuelvan a lo suyo, vuelvan a chuparnos la sangre que al menos así nos ahorramos otro crash.

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