Llevo rato observando a esa palmera. A donde van aquellas tres mascaritas, ella se aproxima dando pequeños saltos y jugando al despiste. Cuando ve que hablan, pone la antena, bueno, la rama, como queriendo quedarse con la copla. Sea quien sea el ser que habita en ese disfraz de Phoenix canariensis, está un poco teniente del oído derecho.

Miguel está perretoso para que nos vayamos a las carpas chiquirout que puso Inmaculada, pero yo de los chiringuitos no me muevo hasta que averigüe de qué va esta película. "Voy a pedir un gin-clipper, quédate tú con Yamisleisis, que no va muy católica", anuncio a mi estibador, que me sigue mirando como si fuese la Virgen de La Luz, a pesar de que ya llevamos casi dos meses juntos. Hoy va de Hulk y no le hacen falta músculos de atrezo... Viene así de fábrica... Pero deja, que pierdo el hilo.

Me acerco a la barra y puedo analizar la escena con detenimiento. El individuo número uno debe medir más de uno noventa, va disfrazado de jugador de baloncesto y se ha pintado la cara de negro para pasar desapercibido. El individuo número dos es mucho más bajito, lleva un traje negro, un pequeño bigotito y una perilla y no deja de decir "camarada" esto y "camarada" lo otro. El tercero va de Juego de tronos, lleva el escudo de los Stark en la pechera y una capa de piel de oso, yo diría que es Ned Stark, porque tiene el pelo largo... aunque cogido con una coleta. La palmera sigue observando... Cuando no mira me doy cuenta de que lleva barba y unas gafas debajo del follaje. Espera, hay un quinto en la terna. Se esconde detrás de los baños químicos, aunque no le sirve de mucho el camuflaje, porque va de naranja chillón, como de protección civil o butanero.

Yamisleisis llega un poco perjudicada, pero es una fisonomista que ya la quisiera la Guardia Civil. "¡Coño, esos son los de la tele!" Y se lanza como una posesa. "Voy a pedirles un autógrafo". Y yo, "¡No!", pero ya es demasiado tarde. Coge servilletas del chiringuito, le roba el bolígrafo al de la barra y en menos que se limpia una sardina vuelve como si nada con cinco garabatos: Pedro, Pablo y Alberto, las tres mascaritas. Albert, el naranjito y Mariano, la palmera. Solo Yami y yo sabemos que el nuevo gobierno se fraguó en medio del olor a jarea, en la cumbre del chiringuito. Se veía venir.