Doy la enhorabuena a los jugadores del Granca porque han hecho un partidazo. La preparación del choque fue perfecta, un gran trabajo de scouting, de saber lo que había que hacer en cada momento para intentar paliar la posible superioridad del Valencia y ha sido justo vencedor. Ha sabido superar los momentos difíciles y en los momentos de inspiración todos han asumido responsabilidades. Aguilar y Rabaseda han hecho un partidazo, los bases han estado inconmensurables, y aunque las niñadas de Omic en la primera parte casi nos cuestan el partido, luego el chico se centró en su trabajo y es un diamante que ha descubierto el club. Ahora pensar que no vamos a tener una semifinal contra el Barcelona, creo que es una oportunidad de oro, muy pocas veces te vas a ver en una semifinal de una Copa del Rey, y mucho menos con un rival asequible, siempre te va a tocar un hueso duro. El Gran Canaria, por trabajo, por juego y por historia, merece estar en la final.

Este año es una grandísima oportunidad y pueden pasar muchos años para que vuelva de nuevo. Se dice que el tren no pasa dos veces, pero yo creo que sí.

De todas maneras, lo primero, yo ya estaría pensando, y creo que así lo estará haciendo Aíto, en las semifinales. Lo más difícil ya lo han hecho, que es el primer partido, encima, con el coco de la competición, y es una victoria que vale doble. La clave ha sido intentar estar en todo momento en el planteamiento del partido. Casi nadie entendía que estando ocho puntos arriba se hiciera un cuádruple cambio, pero yo entendí que el planteamiento del entrenador y del equipo era ganarlo a base de un sobreesfuerzo defensivo.

Los jugadores sabían lo que tenían que hacer y aprovecharon los momentos de inspiración. Todos contribuyeron, pero sobre todo, el trabajo de equipo defensivo es lo que dio este pase a semifinales.