La Provincia - Diario de Las Palmas

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'Deadpool'

Mátalos como puedas

Deadpool está blindada contra cualquier tipo de críticas. Si son positivas porque a sus (ir)responsables les da igual. Si son negativas porque ya se cuidaron muy mucho en los títulos de crédito de carcajearse ellos mismos de su trabajo. Además, con el taquillazo inesperado (diez años tardaron los listos de Hollywood en darle paso) cualquier halago o ataque les resbala. Y está bien que sea así porque Deadpool es una película que no oculta en ningún momento su condición de gamberrada total y que nunca baja la guardia en eso de mofarse de sí misma. Baste decir que en una escena especialmente propicia para echar toda la carne en el asador del drama empiezan a salir de repente dibujitos animados.

Sin llegar a ser un Aterriza como puedas de los superhéroes (no acumula chistes sin ton ni son y en muchos casos la gracia viene de cachondearse de la desgracia), la pretensión cómica de la función explota a la vista desde la primera secuencia de acción en la que se parodia a destajo toda la parafernalia de cámara lenta, movimientos imposibles y violencia estilizada a los que estamos (mal) acostumbrados. Si a eso añadimos unos apuntes salvajes con cabezas voladoras, balazos vengadores, manos cortadas (¿vieron 127 horas?) y torturas, amén de tiros en el culo, está claro que el desahogo macarril prima por encima de cualquier consideración creativa. Porque, eso no creo que lo discuta nadie, la historia de Deadpool es una chorrada del tamaño de Wisconsin, y a quién le importa. No es Kick-Ass, que además de divertida y revoltosa tenía momentos de muy buen cine, pero la faena tiene suficientes aliños picantes como para satisfacer los paladares que buscan este tipo de platos recalentados, con lenguaje abiertamente obsceno, guiños constantes al espectador hablando a la cámara y coñas marraneras (no se salva ni el propio Reynolds, beneficiado por estar casi siempre tapado por la máscara) disparadas a diestro y siniestro. Sin embargo, y a pesar de ser una película que no se toma en serio a sí misma ni siquiera en sus rutinarios efectos especiales, no conviene pasar por alto el hecho de que, en su desmadre sin tregua, Deadpool pregona a risotadas el mismo mensaje que cualquier película de Bronson o Stallone: tómate la justicia por tu mano y mátalos como puedas.

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