Lo más estrepitoso de las críticas del PSOE, Podemos y Nueva Canarias a las recientes reuniones entre Fernando Clavijo y José Manuel Soria no es su contenido sino, precisamente, su absoluta falta de contenido. En el caso de Román Rodríguez es especialmente curioso, porque para el expresidente del Gobierno autónomo "estos encuentros demuestran que ambos se quieren (sic)" y que Clavijo "le echa de nuevo una mano a Soria". Esta última cantinflada es una de las preferidas de Rodríguez, quien en su día gobernó sin mayores problemas con el Partido Popular, ha tenido como aliados electorales a organizaciones tan limpias y progresistas como el CCN y el PIL y tuteló la entrada en varias franquicias de NC de exmilitantes del PP. Sería muy agradable que Román Rodríguez bajara siquiera diez minutos de la cucaña por donde se encarama en cuanto atisba un micrófono cerca, porque ya resulta ligeramente vomitivo que un dirigente con su biografía política se empecine en repartir licencias de izquierdismo.

Clavijo y Soria se reunieron porque el Gobierno de Canarias intenta que la actualización del paquete económico del REF no caiga en el vacío y deba empezarse otra vez de cero. Se trataría de salvaguardar los acuerdos mutuamente reconocidos como tales con algún tipo de pronunciamiento, previa consulta con la Abogacía del Estado. Porque en estos momentos es imposible asegurar que no se celebrarán nuevas elecciones generales el próximo mes de junio con lo que, en el mejor de los casos, el país no contaría con Gobierno hasta el próximo verano. No parece un planteamiento precisamente delirante el de Clavijo: intentar -si es jurídicamente posible- que todo lo pactado en el Parlamento regional y en el Congreso de los Diputados sobre la parte económica del nuevo REF se desintegre en el limbo de una prolongada interinidad en el Gobierno español. Pues no. De inmediato llega el tito Román avisando que el que no respete el cordón sanitario alrededor del PP lleva el más pecaminoso conservadurismo implantado en el ADN. Por no hablar de la portavoz de Podemos, Noemí Santana, antigua militante de NC por cierto, que una vez más demuestra que, además de su alergia por las oraciones subordinadas (subordinadas, ni las oraciones, podría ser su lema) sufre una pasmosa incapacidad para entender lo que ocurre a su alrededor, lo que le lleva a decir que un Gobierno en funciones, como el de Mariano Rajoy, "no puede cerrar este acuerdo", como si estuviera cerrándose algo. Lo de Podemos es de traca. Ahora quiere debatir las bases económicas del REF porque tiene grupo parlamentario. Según la lógica política de la señora Santana, si en la próxima legislatura regional en Partido Animalista dispone de escaños y exige debatir el REF o la reforma estatutaria, habrá que deshacer cualquier acuerdo alcanzado y comenzar de nuevo, que otra cosa sería muy antidemocrático. En cuanto a los socialistas, por supuesto, no les gustan nada estas reuniones tan obscenas, y proclaman que con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno saldrá un REF mucho mejor. ¿Qué por qué saldrá mucho mejor? Bueno, pues por eso. Porque el presidente será Pedro Sánchez. ¿No lo entienden?

Yo tampoco.