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En voz alta

El ahorrador forzado a invertir

En estos momentos tener ahorros puede ser un problema. Al menos, para los que no tienen mucho pero quieren darle alguna rentabilidad. La volatilidad de la Bolsa hace que el mercado continuo se haya convertido en territorio para valientes o inconscientes. Se puede ganar mucho dinero pero también perderlo todo, máxime si el inversor no mira a largo plazo ni tiene garantizado que no va a necesitar ese capital. Los que compraron acciones de los grandes bancos europeos han visto volatilizado la mitad de su patrimonio en el último año.

Para los pequeños ahorradores, la guerra por el pasivo de las entidades financieras en los años centrales a la Gran Recesión iniciada en 2008 les permitió obtener rentabilidades del 3 al 4,8% por depósitos a plazo fijo, uno de los productos más seguros del mercado. La bajada de los tipos y la pérdida de márgenes de la banca ha dejado los beneficios para el ahorrador en el 0,3%. Es decir, en nada.

Tan es así que en los dos últimos años la salida de los depósitos a plazo ha superado los 100.000 millones de euros en España. No para llevárselos a casa, sino en búsqueda de negocios más rentables. Esta baja remuneración, según los expertos, se mantendrá en los próximos años. Los estímulos del Banco Central Europeo y la sobreabundancia de dinero en el mundo provocan que no sea difícil financiarse y por ende el préstamo de dinero no sea tan rentable. Así que el inversor tendrá que estrujarse la cabeza para sacar rendimiento a sus ahorros.

Los fondos de inversión se han convertido en una salida intermedia entre la atonía de los plazos fijos y la volatilidad de los mercados. En estos momentos se observa un desplazamiento hacia estos productos, que en 2012 representaban el 21% del total invertido y el pasado año alcanzaron el 42%. Tras la aplicación de las comisiones, en este instrumento las rentabilidades medias han sido del 1%. Eso sí, los más expuestos a la renta variable pueden tener remuneraciones del 10%, pero con un riesgo altísimo de perder su capital.

Otra alternativa, aunque muy a largo plazo y que no es del interés de todos los ahorradores, son los planes de pensiones. La rentabilidad media es del 1,2% y en países como España tienen ventajas fiscales interesantes para la declaración de la renta, que compensa la imposibilidad de retirar el dinero invertido a no ser que el propietario sufra una catástrofe económica.

La deuda pública, gracias a la compra de bonos por parte del BCE, está ahora dando bajas rentabilidades. En ciertos bonos españoles los intereses son negativos. Claro, es muy segura. Y es que la ecuación en estos tiempos es clara: si el ahorrador quiere sacar rendimiento a su dinero debe arriesgarse. Pero con prudencia. La Bolsa, no hay que olvidarlo, es un juego de suma cero, donde unos ganan lo que pierden otros. Y algunos, no lo olviden, amasan auténticas fortunas.

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