La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Solo un minuto

¿Cómo confesar?

Amigo Lucas, te aseguro que todavía recuerdo cuando estabas entre nosotros y más de una vez me dijiste: "Paco, siéntate unos minutos que me quiero confesar". De verdad que eras un tío de gran fe, recordando que me decías que aquellas confesiones te daban siempre fuerzas para seguir luchando en la vida de cada día. A los amigos de este minuto les puedo contar hoy que en mis años de pastoral, especialmente en el Hospital Negrín, he gozado confesando a personas que están pasando la enfermedad. De verdad que hay cristianos que disfrutan sabiendo el jugo que da el sacramento del Perdón, cosa que hacen a gusto. Te aseguro que yo mismo, oyendo confesiones, he aprendido a confesar mejor mis pecados, sobre todo los de omisión, poniendo delante de Dios y de la Iglesia lo que siento que hay en mi vida como pecado.

Sí, me da pena que hoy haya cristianos que este precioso sacramento lo hayan arrimado a un lado, muchas veces por culpa nuestra, no dando ya importancia ni a la misa de los domingos, ni al compartir con los más pobres lo poco o mucho que se tenga, ni el ser críticos a lo que sucede diariamente...

Por experiencia te puedo decir que la Confesión para mí hoy es como un gran espejo que me ayuda a ver y a reconocer mis fallos, mis pecados de acción y de omisión dejando de hacer cosas que debería hacer más fielmente sólo por el hecho de seguir a Jesús.

Oye, recuerdo con gusto todavía mi primera confesión a los siete años en Jinámar con el buen cura D. José Pérez Mendoza, allá por el año 1947. De verdad que ella me supo a miel divina, sí, te aseguro que me quedé gozando cuando el buen hombre con sotana bien negra me dijo: "Paquillo, yo te perdono tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo..."

Amigo lector, te aseguro también que yo nunca olvidaré la primera vez que yo di el perdón a una persona como sacerdote y eso fue concretamente en el pueblo de Artenara en el año 1965 al terminar una misa de madrugada. Te cuento que temblé cuando a la chica que se iba a casar aquel día le dije: "Yo te perdono de tus pecados en el nombre del Padre..."

Sí, pena me da el ver que hoy muchos cristianos hayan puesto este sacramento a un lado, no dándole importancia de su valor y tal vez ello por falta de nosotros mismos los sacerdotes... Oye, te digo que el sacramento del Perdón necesita en todos nosotros hoy ser puesto en escena y en eso tiene que ver mucho el que los confesores seamos amables, compasivos, acogedores como el mismo Papa nos ha recordado estos días en Méjico, atendiendo siempre con fe al que pide el perdón de sus pecados.

Amigo Lucas, anima a la gente a dar buen trato a la Confesión como tú lo hacías cuando te acercabas con gran devoción a recibirla. Echa una mano desde el Cielo a los confesores para que se sienten horas en los confesionarios muchos de ellos con telas de araña por falta de uso. Te pido que animes en esta Cuaresma a los cristianos a confesar para así poder vivir la Pascua a todo pulmón como la Iglesia desea para todos.

Compartir el artículo

stats