La Provincia - Diario de Las Palmas

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Técnicos similares, resultados diferentes

Son técnicos similares pero con resultados muy diferentes. Que Luis Enrique y Arsene Wenger se parecen lo dice alguien que los conoce bien, como Vermaelen. El ahora jugador del Barcelona y ex del Arsenal señala que ambos se caracterizan por disfrutar del juego combinativo y por gustarles jugadores de altas capacidades técnicas. "Quitando detalles no hay mucha diferencia entre ellos", concluye el defensa belga. Donde las cosas divergen es en los resultados. Wenger tiene poco con que adornar su palmarés en Inglaterra mientras Luis Enrique no para de acumular títulos con el Barcelona.

Cañoneros y blaugranas empiezan a jugarse hoy el futuro inmediato en la Liga de Campeones. Los azulgrana defienden título. Los londinenses son sempiternos candidatos al asalto al lugar en el que figuran los grandes indiscutibles del fútbol europeo, como el Barcelona, el Madrid, el Bayern Munich, el Manchester United, el Juventus, aunque alguno de ellos pase ahora por un bache, sin que sean capaces de lograrlo. Como jóvenes lobos hambrientos de gloria que se dejan dientes por el camino el Arsenal no termina de asentarse como un rival de consideración.

Pero en el fútbol las cosas pueden cambiar en aquel momento. Para empezar, Wenger le mete toda la presión al Barcelona; claro que para los azulgrana tampoco es un mundo nada extraño, están acostumbrados a ello. El caso es que el francés ha dicho que no hay equipo perfecto pero que el Barcelona está muy cerca de ello y que si estamos ante el mejor equipo de la historia lo dirá hoy, después del partido, tras precisar que él vió al Madrid de Di Stefano, Puskas y Gento, que también se las traía, capaz de ganar cinco Copas de Europa seguidas.

El Arsenal es por ahora un claro ejemplo del quiero y no puedo. Grandes ambiciones en general sin correspondencia en el campo. Bien es cierto que ahora el equipo parece más competitivo después de pasar por muchas penurias porque el mayor esfuerzo económico estaba centrado en pagar el campo de fútbol, pero Wenger, en su día un técnico que apuntaba altísimo, corre el peligro de pasar a la historia como un perdedor, alguien que no es capaz de plasmar en resultados sus buenas maneras tácticas.

El Barcelona es perfecto sabedor de que hoy es uno de esos partidos en los que como se suele decir en el fútbol no hay nada que ganar y sí todo que perder, por mucho que hablemos de una eliminatoria y de que por tanto pase lo que pase siempre queda la vuelta para tratar de arreglar un desaguisado, si es que se produce. Y también el azulgrana es un equipo acostumbrado a torear rivales que quieren colgarse medallas a su costa.

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