La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El salto de calidad del equipo de todos

Si hace no mucho tiempo nos hubieran dicho que el CB Gran Canaria jugaría dos finales ¡sí, dos finales! en menos de un año, muy pocos habrían apostado un duro por el equipo amarillo. Aquellos con más fe tal vez hubieran recurrido al tópico de '¿por qué no?, soñar es gratis', aunque con escaso convencimiento.

Todavía hoy alguno se estará frotando los ojos para darse cuenta de que los sueños, cuando se persiguen con ahínco, pueden convertirse en una bella realidad. Tanto en Moscú -en aquella inolvidable final de la Eurocup frente al Khimki- como en la Copa del Rey de A Coruña rozamos la gloria con la punta de los dedos y, pese a quedarnos en ambas ocasiones con la miel en los labios, hoy podemos decir con orgullo que hemos escrito con letras de oro una de las páginas más brillantes de la historia de la entidad y del deporte grancanario.

¡Qué lejos parecen quedar ya, pese al hito que supusieron en su momento, aquellas eliminatorias de 2013 contra Bilbao Basket y Laboral Kutxa Baskonia que nos dieron por primera vez en nuestra historia el pase a semifinales de Copa del Rey y Liga Endesa ACB!

Es indiscutible que el CB Gran Canaria ha dado en los dos últimos años un salto de calidad que lo ha consolidado en la élite del baloncesto nacional y europeo. Aquel equipo gestado en la década de los 60 en el patio del Colegio Claret es hoy un club querido y respetado por todos, que a fuerza de tesón, esfuerzo y sacrificio ha ido escalando peldaños hasta hacerse un hueco entre los grandes de la canasta manteniendo viva la esencia de sus valores fundacionales.

Pero los éxitos no son fruto de la casualidad, sino de un trabajo serio, riguroso y constante. Es verdad que la línea que separa el éxito del fracaso depende a veces del capricho de la pelota, de un tiro en el último segundo que escupe el aro, de una falta no pitada... Pero para llegar a ese momento es necesario un ingente trabajo previo, una buena planificación, el diseño de una estructura profesional acorde a los objetivos y la elaboración de un presupuesto que dé estabilidad económica al club.

Ese fue mi objetivo durante los cuatro años que ostenté con ilusión, orgullo y responsabilidad mi cargo como consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, institución que a la postre es propietaria de un club que en 1992 se reconvirtió por imperativo legal en Sociedad Anónima Deportiva.

Fueron años de trabajo duro e intenso, y también de algunos sinsabores por las feroces críticas recibidas, la mayoría, como hemos podido comprobar con el paso del tiempo, absolutamente desproporcionadas y planteadas con un claro interés político. Muy pocos se acuerdan ya de eso; el papel, por desgracia, lo aguanta todo.

La realidad, no obstante, es tozuda. Gracias a la labor realizada desde el Cabildo durante el pasado mandato, el CB Gran Canaria, presidido entonces por un hombre de baloncesto como Joaquín Costa, cuenta quizá con la mejor plantilla de su historia; un entrenador, Aito García Reneses, que es leyenda viva del baloncesto español y que con su magisterio ha llevado al equipo a cotas casi impensables hace poco tiempo; un pabellón, el Gran Canaria Arena, que es la envidia del resto de ciudades de España; un patrocinador estable y de enjundia como Herbalife; y, lo que es aún más importante, consiguiendo recortar en casi un millón de euros la aportación de dinero público (de todos los grancanarios) al presupuesto del club. Sin olvidar, por supuesto, que en este tiempo la isla de Gran Canaria logró ser una de las sedes de la Copa del Mundo de Baloncesto 2014 y albergó también la edición 2015 de la Copa del Rey

Soy consciente de que la victoria tiene un solo padre y muchos la derrota, pero los éxitos hoy son francamente incuestionables, y los que ahora pretenden apuntarse los méritos y dan codazos para salir en la foto llegaron a afirmar en su día que el CB Gran Canaria era un juguete roto. ¡Bendito juguete roto!

Pese a todo, estoy convencido de que lo mejor está por venir, y que algún día veremos al CB Gran Canaria levantar un título y pelear en Euroliga con los más grandes. Mientras tanto, hoy toca felicitar a los verdaderos protagonistas de esta nueva gesta: los jugadores, el cuerpo técnico y la infatigable afición amarilla, que una vez más dio una lección de señorío y supo estar a la altura del escudo. Volveremos, no les quepa ninguna duda. ¡Pío, pío!

Compartir el artículo

stats