1. ¿Por qué han firmado un acuerdo PSOE y Ciudadanos? Básicamente porque para los socialistas era lo menos arduo a fin de conseguir un núcleo de apoyo a la investidura presidencial de Pedro Sánchez y para los de Albert Rivera la única posibilidad de influir políticamente y quizás, incluso, de participar en el próximo Gobierno. El secretario general del PSOE explica su comportamiento como "un intento de dialogar e integrar propuestas a la izquierda y a la derecha". Es un argumento un poco chapucero y además está condenado porque una parte sustancial de la izquierda (Podemos) no está dispuesta ni a pactar reformas constitucionales o en política económica y fiscal, y ni siquiera a conceder una abstención coyuntural. Pero es la estrategia que ha elegido Sánchez: un acuerdo con Ciudadanos esperando la abstención -intentando después gestionar entre sangre, sudor y lágrimas apoyos legislativos- del PP o de Podemos. Y para una legislatura de un par de años. No hay más.

2. ¿Es un acuerdo de derechas? Nada más saltar la noticia del pacto de legislatura Podemos comenzó a emitir metáforas: "El IBEX 35 estará contentísimo". O el doliente doncel, Alberto Garzón, que no deja de repetir que tiene un millón de votos (en realidad son 920.000) pero considera que los 7.200.000 votos del PP solo son una circunstancia insignificante. "El PSOE está desaprovechando una oportunidad histórica para un Gobierno de izquierdas". Garzón siempre confunde titulares prefabricados con el anuncio de gestas históricas. Ni la oligarquía empresarial está más o menos contenta porque Sánchez y Rivera firmen un papelito ni construir una alternativa que no pasara por el PP o Ciudadanos era demasiado razonable. El documento resultante es un compromiso entre propuestas de liberalismo social y medidas socialdemócratas enrocadas en el mantra reformista: pueden contabilizarse hasta 30 compromisos de aumento de inversión y gasto público y seis de beneficios fiscales (en cambio, en cuanto a ingresos, apenas se apunta una vaporosa reforma del impuesto de sociedades y una exhortación a la lucha contra el fraude fiscal: aquí el pacto cojea mientras sus autores miran a otra parte). La propuesta de reforma laboral es bastante considerable -todos las modalidades contractuales se reducirían a cuatro- aunque implementar el contrato semiúnico que se expone exigiría más precisiones legales y reglamentarias. La batería de medidas anticorrupción no están mal, la supresión de las diputaciones, tampoco, las reformas constitucionales, interesantes, aunque insuficientes y (de nuevo) demasiado vagas en varios puntos. Describir este texto como un programa político conservador carece de cualquier rigor. Es un conjunto de concesiones mejor o peor hilvanadas entre negociadores de un partido de centro izquierda y negociadores de un partido de centro derecha.

3. ¿Es una traición al electorado de PSOE o Ciudadanos? Sería estupendo abandonar expresiones emocionales en el análisis político. Lo cierto es que el mandato de los votantes exige diálogo y negociación. Y negociar, ceder para pactar en ambas direcciones, inevitablemente segrega incoherencia entre tu oferta electoral y tus costes de negociación. El que desde la debilidad y la fragmentación sabe negociar suele ganar. Aunque sea a medio y largo plazo.