Rivera le ha puesto a Sánchez cinco condiciones para un pacto de Gobierno, inmediatamente aceptadas: 1) supresión de los aforamientos 2) reducción de 500.000 a 250.000 las firmas necesarias para impulsar iniciativas populares 3) despolitización de la justicia 4) supresión de las Diputaciones y 5) limitación de los mandatos de los presidente del Gobierno a ocho años.
A saber las cinco condiciones que le habrá puesto Sánchez a Rivera porque a estas alturas tanto montan montan tanto.
Con todo, lo importante es la reforma exprés de la Constitución, que así la han denominado, para materializar esos cambios.
Es el caballo de Troya. Un eficaz abrelatas porque, una vez en la pista, de esas cinco reformas se pasa a otras cinco más entre las que figurará la clave de arco de todo lo que ocurre en España. Quiero decir que colarán una vía para que catalanes, vascos y lo que te rondaré morena se puedan independizar con todas las bendiciones según la doctrina Fernández-Miranda: de la ley a la ley.
Así se hizo la transición y así se realizará la deconstrucción.
La derechona, por decirlo en términos de la izquierdona, está en la pomada. La prueba es que durante cuatro largos años y con una soberbia mayoría absoluta, no hizo nada de nada a fin de parar el proceso secesionista. Antes bien -antes muy mal- venga alfombras rojas y financiaciones extra para la quiebra nacionalista.
Sospecho que el PP apoya la jugada, siquiera por pasiva, a cambio de un salvoconducto para Rajoy. ¡Qué bien vivimos estos dos meses sin Gobierno!
