Precisamente hoy, domingo, se cumplen siete días de la hazaña. El pasado 21 de febrero de 2016 el Club Baloncesto Gran Canaria entró en la historia. Nunca antes, un equipo de baloncesto masculino de nuestra tierra, de las Islas Canarias, había llegado a la final de la Copa del Rey de baloncesto.

Al igual que ocurrió en el año 1978, otro equipo de nuestra Isla llegaba a las más altas cotas de un deporte. En el año 1978 fue la Unión Deportiva Las Palmas quien logró tan increíble gesta y 38 años después lo repitió el Herbalife Gran Canaria.

38 años, como entonces, como en aquella final tristemente perdida, también en A Coruña, los grancanarios y grancanarias lloramos. Lloramos por haber estado tan cerca de tocar el cielo y rozarlo con la yema de los dedos. Lloramos por haber sufrido ante otros equipos como el Valencia y el Bilbao y haberlos eliminado, y acabar perdiendo justo cuando más cerca se estaba de la gloria. Esas lágrimas sin embargo no enturbiaron los ojos de saber que habíamos logrado un hito en el deporte de nuestra Isla.

Tuve la suerte y el honor de vivir en A Coruña, junto a otros cientos de canarios y canarias, esta fase final de la Copa del Rey. Ganamos contra pronóstico al Valencia, líder de la Liga ACB y eliminamos en un partido tortuoso al Bilbao. Fueron dos noches inolvidables en las que el pío-pío invadió el coliseo coruñés.

Vi brillar en los ojos de nuestros jugadores el haber logrado quizás la mayor felicidad de sus vidas deportivas. Los mismos ojos que el domingo al acabar el partido contra el Real Madrid no podían contener las lágrimas de dolor por haber estado tan cerca.

Sólo pude decirles como consejero de Deportes que toda una isla y con ella las siete Islas Canarias estaban orgullosas de su hazaña. Que no lloraran de tristeza, que muchos niños podrán decir en el futuro que vivieron un día en el que el Gran Canaria de baloncesto llegó a la final. Y que esos niños crecerían y que en unos años dirían que el Gran Canaria fue capaz de ganar otras copas del Rey, otras finales europeas.

Hoy el Herbalife Gran Canaria es un grande, pero aspira a serlo aun más. Aspira a llegar con mayor contundencia a todos los rincones de nuestra Isla, de los 21 municipios, a los colegios, a los institutos, a los jóvenes al igual que han sabido llegar a los mayores. Aspira a que con el paso de los años recordemos los nombres de estos jugadores magníficos. Aspira a continuar siendo lo que ha demostrado ser, un equipo ejemplar y modélico.

Ha pasado una semana. Una semana de leyenda. En esta semana no hay frase que no se haya pronunciado que no sea de reconocimiento, de agradecimiento y de felicitación al Gran Canaria de baloncesto. Y es así, porque todos se sienten orgullosos, y eso a pesar de la derrota. Porque la hubo. Una derrota última, una derrota en la cancha, una derrota después de cuarenta minutos de lucha, pero una derrota en el campo de juego. Cuarenta minutos que simbolizan una felicidad permanente y eterna. El Gran Canaria luchó, peleó y guerreó y terminó perdiendo en la cancha, pero para nosotros el Herbalife Gran Canaria ganó para siempre un hueco de honor en los corazones de todos.