La Provincia - Diario de Las Palmas

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Piedra lunar

Centenario del Instituto

Cumplir años es una fiesta, y si la suma llega a cien, mayor satisfacción. Son contadas las personas que alcanzan esa edad; sin embargo, los centenarios de las instituciones son más habituales y se celebran con proyección en la ciudadanía. Este año se cumple un siglo de la consecución del Instituto General y Técnico de Las Palmas, una larga etapa que invita a varias reflexiones, dado que su objetivo es la formación de los jóvenes en la etapa del bachillerato. La creación del Instituto de Las Palmas el 4 de febrero de 1916 estuvo precedida de una larga lucha que removió los cimientos del pleito insular, una rivalidad secular que nos empequeñece, pero que, sin paños calientes en el análisis sociopolítico, configura un rasgo de la identidad de Canarias. Más allá del reparto de las sedes administrativas del gobierno autónomo, en la reciente memoria colectiva de las islas se aloja la sonora reivindicación de la Universidad de Las Palmas hace treinta años. Sin entrar en detalles, la solicitud de un instituto de enseñanza media a comienzos del siglo XX con sede en esta capital estuvo impregnada de tanta o más virulencia que la que significó la demanda de la ULPGC. De todo ello, son varias las conclusiones que ofrece la perspectiva histórica desde un siglo de vida y que se convierten en lección de la 'magister vitae': la mezquindad y la falta de altura de miras por parte de la sociedad nivariense en el proceso de construcción de la identidad isleña; caciquismo decimonónico con la puesta en circulación del concepto 'despojo'; manipulación de las masas populares con la ironía ¡qué 'quedrán' ahora! Frente a ello, se argumenta, además de justicia distributiva en el entonces ámbito uniprovincial, tenacidad en la lucha por el acceso a la cultura por parte de la sociedad grancanaria que desea escalar la modernidad. Cien años no es una cifra cualquiera y, sobre todo, si alumbramos los expedientes del esfuerzo que costó su logro. Las citas documentales son elocuentes: "Nuestro pueblo quiere elevar en todos los sentidos el poder de la cultura... extirpar la ignorancia y desterrar el temor que ella inspira. Por eso, la petición elevada a los poderes públicos tiene todo el valor de los ideales patrióticos. El Instituto además de atender a una necesidad, representa una tradición y una legítima aspiración del pueblo canario, y por ello se ha de luchar con insistencia, con entusiasmo y con energías". Creo que estas palabras expresan una actitud ciudadana de compromiso y progreso que como una llama debemos tener siempre encendida. La Insignia de Oro otorgada recientemente por el municipio de Artenara y el Roque Nublo concedido por el Cabildo son reconocimientos públicos a su brillante trayectoria socioeducativa.

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