La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un píxel quemado y la dialéctica de una catástrofe

Un píxel quemado, una imperfección, aparece en la pantalla de un centro de control. La imagen recoge un momento puntual en una Varsovia moderna, caótica, heterogénea y fugaz. Pero el técnico solo ve la mancha. Cree que se trata de los restos de una mosca muerta e intenta limpiarlo. No puede. Es un error y una metáfora sobre lo intangible y lo inexplicable en el devenir de la vida. Un avión que sobrevuela un edificio, un pájaro que atraviesa una ventana, una gota en una acuarela o una rareza en el cielo. Póngale usted el nombre que prefiera: destino, suerte, muerte, fatalidad o simple coincidencia. Está ahí. Es ese fallo del sistema que, sin lógica, decide el rumbo de la vida.

11 minutos, posiblemente la película con mayor presupuesto en la trayectoria del cineasta polaco Jerzy Skolimowski -guionista para Roman Polanski en El cuchillo en el agua (1962)- plantea un juego con dos elementos: el tiempo y el movimiento. La trama transcurre en 11 minutos en los que se origina y construye una catástrofe. Pero no hay inocentes. Una actriz, un marido celoso, un director de cásting, un vendedor de perritos, un camello, un ladrón, un limpiacristales, una montañista, un pintor, una suicida, la doctora de una ambulancia. Todos buenos y todos malos. Cada uno de los dramas planteados esconde un pecado y también una transgresión ética o legal.

La trama no es original al abordar la vida de una serie de personajes no relacionados entre sí pero con un desenlace común al que se precipitan como fichas de dominó. Esa sensación de estar ante una mecha encendida que se dirige a la bomba. Tampoco lo es la aproximación a ese universo de cámaras que nos acechan y vigilan, que plantea Skolimowski. Sin embargo, el trabajo en la dirección, el uso del punto de vista, la elipsis, así como en la calidad interpretativa y un montaje trepidante, convierte este título en una de las favorita de la sección oficial. Ayer fue despedida con un aplausos, pero quién sabe. La clave está en ese píxel quemado.

Compartir el artículo

stats