La Provincia - Diario de Las Palmas

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Dos fantasmas en la jungla subtropical

Los conflictos entre nativos y colonos han sido materia de infinitas propuestas cinematográficas de todos los géneros y procedencias. Hasta aquí, ninguna novedad. Posto avançado do progresso arranca con la estampa grotesca de dos colonizadores portugueses, João de Mattos (Nuno Lopes) y Sant' Anna (Ivo Alexandre), totalmente ataviados de blanco, que desembarcan en un lugar remoto del río Congo, como dos ángeles civilizadores encomendados por el mismo Dios.

"Esto ya estaba aquí antes que ustedes", les señalará uno de los nativos, cuando los recién llegados comienzan a husmear el territorio del marfil.

Posto avançado do progresso rompe dos lanzas a su favor: su naturaleza paródica y su homenaje al cine del absurdo en este arriesgado retrato experimental del colonialismo portugués en Angola. Pero ninguno de estos aspectos consigue imponerse sobre una trama de desarrollo lento, muy, muy lento, por el corazón de la selva subtropical.

A lo largo de la película, este dúo esperpéntico que emula al Gordo y el Flaco en el marco de la jungla, se devanará los sesos para trabar lazos con la población local, para lo que intentará valerse de recursos como el aguardiente, las partidas de cartas, el sexo furtivo que sucede a los rituales nocturnos, etcétera.

Muchos de estos episodios abrirán paso a distintas escenas tomadas por la locura y las alucinaciones, provocadas por los delirios de la malaria o la borrachera, so pretexto para adentrarse de lleno en el absurdo. Y así se materializan en pleno escenario selvático personalidades de la era colonialista portuguesa, y los monos y los leopardos comienzan a intercambiar impresiones con nuestro dueto de colonos, y la enajenación creativa se dispara. Pero claro, el tiempo transcurre (ya digo que muy lento) y el ánimo de João de Mattos y Sant' Anna comienza a languidecer, a pesar de los baños en el río y toda la belleza paisajística. Así comienzan a aflorar las hostilidades y suspicacias para con los nativos y entre ellos mismos aunque, en el primer caso, el vínculo nunca llega a darse.

Ya el director, Hugo Vieira da Silva, anunció que este es un retrato paródico sobre "la incomunicación" y "cómo el colonizador nunca ha respetado esas diferencias". "¡Aquí hay demasiado ruido!", espeta Sant' Anna en la armonía silente de la jungla. "¡Este lugar es húmedo como una jodida esponja!", responde el otro.

Y resulta que el negocio del marfil no termina nunca de cuajar, el café y el azúcar escasean y la paciencia comienza a agotarse. "¡No lo aguanto más!", sollozan. Tal vez entonces se da una de las mejores escenas de la película, que es la cómica persecusión cinematográfica entre ambos, que por fin aporta algo de acción a ese paseo por el precipio en el que nadie terminaba de caer.

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