El hombre más elegante del planeta fútbol pisará por primera vez el estadio de Gran Canaria. La leyenda viva del madridismo será una de las principales atracciones de este domingo.

Zinedine Yazid Zidane, el entrenador tranquilo que vende camisetas trajeado de Tenkey, se juega su prestigio en cada partido. El genio galo hará de la banda derecha de Siete Palmas su particular pasarela en busca de un nuevo triunfo. La batalla que tiene que superar hoy será una prueba más para no pasar por la trituradora y no arrugar su currículum de entrenador tan escaso como las posibilidades de hacerse con la Liga.

Zizou, que anhelaba sentir adrenalina, algo que perdió al colgar las botas, sabe a la perfección que el banquillo blanco es una auténtica silla eléctrica. La ambición de victorias y la presión de la competición, que no se puede comprar con millones, le ha llevado a comandar un equipo roto.

Reconstruir el juguete de Florentino será una misión mucho más complicada que enganchar aquella magistral volea en Hampden Park en Glasgow, que le dio la novena al Madrid. Zidane, que convirtió el césped en una pista de baile y el fútbol en música celestial, en magia, tendrá delante a la UD Las Palmas más entonada del campeonato.

El míster que prefiere susurrar a gritar, apuesta por el juego directo, en corto, que amenaza a los amarillos desde hace una semana. Los de Setién retan a la historia con el sueño de la permanencia muy presente y con la ilusión de un pequeño que se envalentona ante los grandes. Batir a ese bailarín del balompié, ahora director de orquesta, sería un pasito hacia la eterna salvación.