La Provincia - Diario de Las Palmas

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Desde mi noray

Un museo que se oxida

El puerto de La Luz sigue esperando una vez más por ese Museo Marítimo que aglutine los 133 años de su historia, ante la desidia y abandono de nuestras autoridades que miran para otro lado, como si el pasado no importara, porque piensan que es mejor vivir al día y no preocuparse por el testimonio de un pueblo que con grandes esfuerzos ha realizado la gran obra que hoy contemplamos.

Esta situación nos da rabia e impotencia porque desde la primera restauración del Castillo de La Luz en la década de los años 60 del pasado siglo su destino era exclusivamente el convertirlo en Museo Marítimo, pero ha ido pasando el tiempo con sucesivas obras de excavación y mantenimiento sin que su verdadero objetivo se haya mantenido.

Por otra parte nos llegan noticias desde otros puertos marítimos del país donde la conjunción de las Autoridades Portuarias y otros estamentos oficiales, ya sean Ayuntamientos o Gobiernos Autónomos, han creado o están en negociaciones para poner en marcha sus Museos Marítimos, como es el caso de Santa Cruz de Tenerife y Valencia, respectivamente. Mientras tanto aquí nadie da un paso al frente.

Solo el entusiasmo de la Asociación Canaria de Coleccionistas Marítimos con la colaboración desinteresada del Museo Elder está manteniendo esa llama viva por la creación de un Museo Marítimo en Las Palmas de Gran Canaria y puerto de La Luz, pero sin medios, aunque con el mejor entusiasmo de crear una conciencia sobre la conservación del patrimonio marítimo de esta Isla.

Mientras tanto pasa el tiempo y da envidia de comprobar el entusiasmo que despliegan Tenerife y Valencia para poner en marcha sendas Fundaciones para crear sus Museos Marítimos con decisiones y ganas que desearíamos tener aquí entre nosotros. Pero claro así nos va, porque la esperanza se oxida.

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