La afición perdona con facilidad y Sergio Araujo goza del cariño de muchos todavía. Al volante de su automóvil, en el inevitable atasco de la salida del estadio Gran Canaria, pudo corresponder al cariño de los aficionados y aficionadas que se acercaban para que firmase las camisetas. Y en un difícil escorzo hacerse un selfie con Araujo al volante y una admiradora a la puerta del coche, agachada y en equilibrio. Los atascos dan para mucho.