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La que se avecina

Títeres con cabeza y Varoufakis

Los títeres son ahora la moda periodística. Es como para hablar de tres tristes títeres (o cuatro)... Elija usted los nombres... ¡Hay tantos!

Para los creyentes, títeres somos todos. Dios o dioses nos rigen según sus misteriosos designios. Pero somos títeres con cabeza. Pensamos, discernimos, inventamos, creamos y gracias a ello la especie humana ha progresado bastante. Digan lo que digan.

Varoufakis, un faro por el foro

Yanis Varoufakis, ministro estrella que fue del gobierno izquierdista de Alexis Tsipras (de Syriza) en Grecia, rompió políticamente con él, apenas Tsipras bajó la cabeza y se rindió a la Troika europea (no podía hacer otra cosa) y comenzó su nuevo movimiento político, el DIEM25 (podría quizá haber elegido un nombre mejor, más sonoro), fundado oficialmente el 8 de febrero de 2016, pero activo desde hace ya unos meses en Europa..

Varoufakis no deja a nadie indiferente, generalmente deslumbra por su sapiencia económica (doctorado por la Universidad de Essex y enseña en Cambridge) y brillantez expositiva, tanto que diplomáticamente Tsipras lo retiró de las negociaciones con la Troika, pues los miembros de ésta se sentían permanentemente humillados, avergonzados, por él.

Y consecuente con su manera de hacer las cosas bien, y de manera novedosa, Varoufakis y su movimiento no se limitan a Grecia sino que se mueven "a nivel" (valga la expresión) europeo. Ya estuvo en España.

Atención con Varoufakis y lo que haga. Puede muy bien ser en un futuro no muy lejano una figura importante, hasta quizá una estrella brillante e influyente en el cielo político europeo. Además -tiene 54 años- encaja perfectamente con el cambio generacional irreversible.

De momento, Jeremy Corbyn, lider del laborismo británico lo acaba de contratar como asesor en economía. Algo que la izquierda española no atinó a hacer, quizá por nacionalismo, cosa más débil en el Reino Unido que en España.

Epicenos

Según el Diccionario de la RAE, epiceno es: "(adj. Gram.) Dicho de un nombre animado: Que, con un solo género gramatical, puede designar seres de uno y otro sexo" .

Últimamente leemos por doquier: los lectores y las lectoras, los y las participantes, etc.

Si por mor de feminismo militante debemos decir lectores y lectoras, y olvidarnos del epiceno "lector"; ¿por qué decimos las tortugas y no los tortugos?, ¿por qué los bacalaos y no las bacalaas? ¿Qué pasa con los sardinos... y con los jirafos? Llevemos la igualdad de género a todo el reino animal. O no.

Yo por mi parte seguiré usando el epiceno -que se ha inventado para abreviar-. "Y que los eunucos bufen" (como decía el gran escritor argentino Roberto Arlt, haciendo gala eso sí, de cierta discriminación de tipo sexual. Nadie es perfecto). Me dirijo al lector (epiceno de lector y lectora), y a veces al hombre como epiceno de hombre y mujer (los derechos del hombre, etc).

Lo que importa es no ser sexista en las actitudes vitales. Las palabras son en esencia sólo aproximaciones.

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