La Provincia - Diario de Las Palmas

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Papel vegetal

Que cunda el ejemplo

El Reino Unido, ese país al que con tanta razón criticamos por defender una Europa reducida a un área de libre comercio, acaba de sentar un precedente, si bien modesto, en el trato fiscal a las compañías que eluden con hábiles trucos de ingeniería fiscal el pago de impuestos.

Facebook, la empresa tecnológica fundada por Mark Zuckerberg y actualmente la cuarta más cotizada del mundo, ha anunciado ya que comenzará en abril a pagar el grueso de sus impuestos en Gran Bretaña en lugar de seguir haciéndolo en Irlanda.

En 2014 la empresa pagó en concepto de impuestos, según la prensa británica, la ridícula cantidad de 4.300 euros, menos de lo que tributa el trabajador medio de ese país: todo un escándalo.

Al igual que otras multinacionales, Facebook viene tributando en la vecina Irlanda, que le ofrece un trato de favor en lo que sólo cabe considerar como un caso vergonzoso de competencia desleal frente al resto de los socios europeos.

Londres ha anunciado la aplicación un canon del 25 por ciento sobre los beneficios de las empresas que mueven dinero para beneficiarse de destinos finales más ventajosos. Con toda su modestia, es un primer paso.

Poco a poco parece que algunos gobiernos comienzan a darse cuenta de que no pueden exigir por más tiempo a sus ciudadanos que cumplan escrupulosamente sus obligaciones con Hacienda mientras toleran tales abusos.

Facebook advirtió ya en fecha reciente a sus inversores de que las auditorías a que están sometiendo a sus cuentas algunos países, entre ellos también Australia, pueden afectar negativamente a los resultados.

No es la única multinacional cuyas prácticas impositivas investiga también la Comisión Europea: lo están siendo otras como Apple o Amazon, a las que se acusa de recurrir a la ingeniería fiscal para minimizar o evadir el pago de impuestos allí donde realizan sus mayores ganancias.

Otro de esos gigantes tecnológicos, Google, anunció ya a comienzos de año que pagaría 130 millones de libras en concepto de impuestos e intereses que debe al fisco británico desde 2005.

Es una cantidad ciertamente ridícula, según algunos, pero al menos es algo. Y otros países europeos como Francia e Italia están presionando también a esas empresas para que renuncien a tales trucos contables y tributen donde operan y obtienen sus beneficios.

Y mientras tanto ¿qué hay de las ganancias que todos esos gigantes generan en España?

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