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Música UB40

Aquel verano que creíamos olvidado

Sonaba el Here I Am de Al Green, cuando uno de los 3,000 espectadores en el Gran Canaria Arena resumía, mientras esperaba en la cola por una cerveza, el sentir generalizado entre el público presente con una pregunta evocadora: ¿qué no habremos hecho mientras sonaba una canción de UB40? Porque desde el concepto de banda sonora de nuestras vidas triunfó ayer el repertorio de clásicos y hits, marca de la casa y "big love", según Ali Campbell, de una formación instalada en lo más profundo del hipocampo cerebral y que actuó el sábado pasado por primera vez en Gran Canaria. Un día antes hizo lo propio en la Pirámide de Arona.

El sonido en el Arena fue bastante bueno, pese a las dificultades que plantean las barreras acústicas de las mamparas de los pasillos. Sobre el escenario, once músicos y un tempo acentuado, como no, en ese off beat llamado skank. Batería, guitarra, bajo, teclado, un segundo cantante y tres vientos; junto a los miembros originales (el resto se pasó al country) de la banda: Mickey Virtue, hipnotizado en sus teclas, el verso fluido de Astro y la referencia absoluta en la voz de Ali Campbell con un repertorio de dos horas y referencias a Neil Daimond, Sonny & Cher, Marvin Gaye o Elvis Presley, entre otros muchos. Porque, en el fondo, todo en UB40 gira en torno al amor.

La voz esponjosa de Ali Campbell asumió el protagonismo tras una puesta de largo instrumental: Flying High. El cantante y líder de la banda conserva ese tono ligero -no así su figura- y cálido que le hace tan reconocible para el disco duro de nuestra memoria. Su voz se introduce en el córtex cerebral para activar todos los circuitos neuronales y recuperar, de lo más profundo del espíritu, los olores, imágenes, sensaciones y recuerdos que conforman nuestro largo verano de la nostalgia. UB40 suena primero a salitre y crema Nivea, a helado y arena; después a las primeras salidas; a los asaderos, al baile arrinconado, el beso furtivo y, si había suerte, a algo más. ¡¿Qué no habremos hecho!?

UB40 coparticipó, desde la vertiente mainstream, en el revivir del reggae británico de los años 80. Fue una constante en las principales emisoras de radio de medio planeta durante tres lustros y brilló sobre manera a la hora de reubicar grandes temas en su particular estilo reggae de terciopelo pop. En el Arena sonó y se bailó especialmente bien composiciones propias como Food for thought, One in ten, Folitician, Kinston Town; himnos caribeños como el Cherry Oh Baby, de Eric Donaldson o el Many Rivers to Cross, de Jimmy Cliff; I can't help falling in love, un regalo del rey Elvis Presley; o el Red, Red Wine, con el que se cerró la velada, como no podía ser de otra manera, con protagonismo en la voz de Astro. En su momento se decía que mejoraban lo original y el propio autor de este último tema, Neil Diamond, llegó a decantarse por la versión de UB40 en sus propios conciertos.

Entre el público, varias generaciones y nacionalidades y sus distintas maneras de exteriorizar la música: desde los que aprendieron a bailar agarrados, los que lo hicieron con la fiebre del sábado noche o un programa de Soul Train, hasta los educados en la era Daft Punk. Eso sí, poco rasta y mucha americana (de vestir, se entiende); aunque todos sumergidos en su recuerdo: el de aquel verano que creíamos olvidado.

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