Llevo ya algunos meses sin compartir nada con ustedes. Las razones son muchas y variadas pero sobre todo el hecho de que mi nueva comunidad me pide todo mi tiempo y energía. Desde octubre de 2015 me encuentro en mi nueva comunidad de Bacos, Alejandría. Esta es una comunidad de acogida de las hermanas ancianas y enfermas. Actualmente somos 34 hermanas. Tres de nosotras estamos por debajo de los 60 años, otras tres por debajo de los 70 y el resto por encima de los 80 y hasta los 95 años. No obstante esta riqueza de edad, tres de nuestras hermanas por encima de los 80 llevan la administración de un poliambulatorio que recibe cerca de 300 personas cada día. Una hermana de cerca de 70 años es la responsable de la guardería de 300 niños, dos hermanas frecuentan la parroquia y dan una mano en la liturgia, otra acompaña a algunos refugiados sudaneses y otras hermanas no jóvenes atienden a las 15 hermanas que están enfermas o muy ancianas. Mi comunidad reza mucho, tiene muy desarrollada la atención a los demás, y además es muy acogedora y deseosa de conocer otras realidades del mundo. Yo la veo una comunidad profética. Como podéis imaginar no es fácil coordinar todo, incluida la parte económica y el personal que nos ayuda en las diferentes tareas. Desde que llegue aquí tengo muy poco tiempo para descansar y rezar, pero algunas hermanas (6-7) rezan cada día en mi nombre así que al final he salido ganando. Ahora mismo me encuentro en El Cairo donde he venido para nuestra asamblea precapítulo y para nuestro Consejo Provincial. Aprovecho para desearles una Pascua de Resurrección rica de experiencia de vida y de generosidad. Nosotras iniciamos nuestro tiempo de Cuaresma. La Pascua será el 1 de mayo, según el rito copto (Iglesias Orientales).