La Provincia - Diario de Las Palmas

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Calafateando

Cuento contigo, ¿sí o no?

Es plena Semana Santa, y para los creyentes de la religión de sus mayores, las fechas del calendario en las que se celebra la pasión y muerte de Jesús. Son muchas las personas anónimas que vemos y nos cruzamos con ellas en la calle sin percatarnos que sus vidas pueden ser reflejo de un auténtico drama, de una dolorosa pasión. Vidas llevadas con la misma fuerza, resignación y entereza que el Hijo de Dios llevó la suya. Cuando somos jóvenes y contamos con entera salud, es decir ese estado de ausencia de dolor o situación de estado de perfecta salud, en sana salud, tendemos a creer que ello va a ser así siempre, y vemos con la mayor normalidad que sea el otro quien enferma y sufre; lo que ya no es tan normal es que eso nos pueda pasar a nosotros. Hasta que nos pasa.

Muy recientemente y por vínculos familiares he asistido al nacimiento de la Asociación de ostomizados de Canarias (Asoscan), en que sus miembros son una gran familia y donde, después de las amputantes intervenciones quirúrgicas, encuentran apoyo a sus problemas psicológicos y de autoestima y su futuro como pacientes. Para quien no le suene el término ostomizado aclaro que la ostomía digestiva es motivada por una cirugía que exterioriza el colon, eliminando el tracto final del ano, y cuyo proceso digestivo concluye en una bolsa exterior que el afectado manipula para su vaciado y eficacia higiénica. Los necesitados de ostomizar son quienes devienen en patologías como tumores colaterales, enfermedades inflamatorias del intestino: colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, enfermedades hereditarias: el pólipo familiar y accidentes traumatológicos que afectan a la zona rectal o urogenital, con la urostomía. Otro aspecto a reseñar es que alguien que no tenga problemas de salud suele ser indiferente con aquellos que la han perdido. No comprenden ni hacen suyo el sufrimiento ajeno. Tiene que tocarle de cerca o en carne propia para que se dé cuenta y nazca en él el compromiso. Y resaltar otra realidad: las personas que llevan su cruz con valentía y humana resignación suelen ser personas maravillosas, vitalistas, que derraman comprensión y amor infinito a sus semejantes. De entre los amigos/as que he tenido el placer de conocer en Asoscan, traigo sus casos:

M.T. -Mujer joven, muy atractiva, con cáncer de colon localizado en el recto-sigma. Amputado el último tramo del colon cuando llega al recto. Consecuencia, cerrar el recto y colostomía permanente. Antes y después de la intervención fue sometida a radioterapia. El alta definitiva se la darán a los dos años de la intervención; mientras, revisiones periódicas cada seis meses. La radioterapia le afectó a los ovarios (se los quemó) provocándole una menopausia brusca a tan temprana edad. Óscar -hombre de 38 años que a los 34 aparece con síntomas de estreñimiento y dolor abdominal. Lo someten a pruebas y apareció diverticulitis. Se decidió operar por la gravedad. Reconstrucción completa del colon extirpándole 24 cm. Durante un año siente dolores, frecuentes molestias abdominales, derivando en episodio de fortísimo dolor; es ingresado en hospital donde estuvo en coma inducido durante 25 días, tiempo en que es intervenido quirúrgicamente en tres ocasiones; resultado, pérdida de peso y una recuperación muy penosa. Mª. A. -Mujer de 54 años que a los 47 empezó con diarreas y sangrado. Aparición de pólipos en colon. En previsión de cáncer le practican colostomía. A los tres años le dan el alta. Dos años después se repiten las diarreas y el sangrado: apareció un tumor entre el intestino delgado y el recto. Sometida a intervención quirúrgica, ileostomía, sesiones de radioterapia y quimio, lo que derivó en soldadura del intestino entre sí; la comida no pasaba del estómago al intestino, provocándole vómitos. Le quedaron 1,70 m de intestino; come poca cantidad con mayor frecuencia y deposiciones líquidas. Todo lo lleva con tal positiva entereza que no le impide una vida casi normal.

Estas bellísimas personas de Asoscan no demandan cosas materiales. Solo buscan respeto, comprensión y un poquito de amor. ¿Pueden contar contigo?

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