En la última semana del pasado mes de febrero, un jurado de Missouri, en EE UU, concluyó que la empresa Johnson & Johnson tenía alguna responsabilidad en la muerte de una paciente que había fallecido por un cáncer de ovario. La familia de la paciente fue indemnizada con 65 millones de euros en un caso contra la empresa farmacéutica porque, según el jurado, Johnson & Johnson no informó de que los polvos de talco para la higiene personal suponen un riesgo para desarrollar cáncer de ovario. Esta información y algunas opiniones al respecto fueron publicadas en un artículo firmado por Kerry Grens el día 2 de marzo de 2016 en la revista de información científica The Scientist.

El mensaje del jurado debe interpretarse de la siguiente manera: o Johnson & Johnson retira su talco del mercado o debe informar a las mujeres de que su decisión de usar talco conlleva un riesgo asociado de padecer cáncer. Sin embargo, según la compañía farmacéutica, la decisión del jurado no estuvo basada en evidencias científicas sólidas. Según los abogados de la firma, la decisión del jurado contradice décadas de investigación en las que se ha probado la seguridad del talco como ingrediente de muchos productos cosméticos. Lo más probable es que la verdad esté en el medio de esas dos opiniones. Hoy día, muchos pediatras no recomiendan el uso de talco en la higiene de los bebés. Dado que el talco es un mineral en polvo, existe el peligro de que los niños lo inhalen con bastante facilidad cuando se esparce por el cuerpo. La inhalación de sustancias extrañas puede provocar infecciones respiratorias. Hay varios productos de uso tópico que hacen la misma función que el talco, por lo que no tiene sentido seguir utilizándolo.

El talco es un mineral de la clase de los silicatos. Por ser el más blando de los minerales se toma como patrón de dureza, asignándosele el valor 1. A nivel industrial tiene numerosas aplicaciones. Se utiliza como relleno en la fabricación de papel y cartulina, de lacas y pinturas, en la industria cerámica, y como aditivo de gomas y plásticos. Por su resistencia a elevadas temperaturas se utiliza en la fabricación de materiales termorresistentes. Es la base de muchos productos de cosmética y farmacéuticos. Incluso se utiliza como ingrediente en la industria alimentaria con el código E553b. El talco es tóxico y las fibras de los polvos de talco son similares a las de asbesto (también conocido como amianto). Desde los años 1980, está demostrado que los productos relacionados con el amianto producen cáncer. Desde 2005, el amianto está prohibido en la Unión Europea aunque se continúa utilizando en algunos países en vías de desarrollo. La intoxicación con polvos de talco se da principalmente por inhalación, por ingestión o por vía intravenosa. Se han descrito casos de intoxicación por talco en el sistema urinario, en el sistema gastrointestinal y en el sistema nervioso. En la intoxicación por ingestión se conocen casos en los que el talco se ha utilizado para pulir arroz, como aditivo coadyuvante en la obtención de aceite de oliva y como excipiente en muchos medicamentos. Por vía intravenosa puede producir obstrucción de los vasos retinianos debido a que en algunos casos el talco se encuentra como impureza en la heroína. En general, el talco se emplea como adulterante en diversas drogas ilegales como la heroína y la cocaína.

Los estudios epidemiológicos sobre el talco han aportado datos de todo tipo. Algunos estudios han encontrado un aumento del riesgo de padecer cáncer de ovario entre las mujeres que usan talco en sus áreas genitales, pero a nivel experimental no existen todavía estudios publicados que demuestren que el talco produce cáncer. En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard en una mujer con cáncer de ovario que había utilizado talco durante muchos años en su higiene íntima se encontraron restos de ese mineral en los nódulos linfáticos de la pelvis. Algunos de esos mismos investigadores publicaron el pasado año los resultados de un estudio en más de 4.000 mujeres encontrando un aumento del 33% del riesgo de padecer cáncer de ovario en las que usaban regularmente talco en sus zonas genital y perianal. Sin embargo, en otro estudio realizado en 2014 por investigadores de la Universidad de Massachusetts en más de 60,000 mujeres posmenopáusicas sin historia previa de cáncer y evaluadas a lo largo de más de 12 años, no encontraron evidencia de que el talco tuviera influencia sobre el riesgo de desarrollar cáncer de ovario.

No se conoce el mecanismo biológico por el que el talco puede producir cáncer de ovario aunque existen algunos estudios experimentales en células humanas expuestas a talco en las que se ha visto que se produce aumento de la división celular y transformación neoplásica. Aunque no existen datos concluyentes, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud concluyó en 2010 que el uso perianal de polvos de talco es posiblemente carcinogénico para los humanos. Buen día y hasta luego.