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La culpa fue del chachachá

España, como se veía venir, volvió a incumplir el déficit. 10.000 millones de desviación en 2015. Escuchando a Montoro, la irresponsabilidad fue de las comunidades autónomas. De lo que no hicieron o no tenían competencias, la culpa fue del chachachá.

Como si no dar ni una con la previsión de ingresos estatales, el descontrol de la Seguridad Social o una bajada de impuestos electoralista fueran pasos de ese baile cubano en lugar de serias afecciones provocadas por este gobierno en la cuenta final.

El ministro de Hacienda recompone ahora la canción de Gabinete Caligari. Marcando cintura y rumboso, demoniza otra vez a las autonomías después de imponer -no acordar- unos objetivos de déficit que no responden al peso del gasto que cada administración tiene encomendado.

La charanga es suya. Por eso, el gobierno central se reservó para sí un 2,9% de déficit además de otro 0,6% para la Seguridad Social mientras que a las comunidades, que soportan el gasto por la prestación de los servicios esenciales, que se las entiendan con un 0,7% y a bailar.

Y, además, a lidiar con un sistema de financiación autonómica insuficiente y desigual; un sistema que este gobierno se comprometió a reformar pero que finalmente dejó en el cajón de los asuntos pendientes. El mismo al que fue a parar aquella reforma tributaria que pretendía resetear los ingresos de las autonomías con otra distribución de los recursos.

Pero, claro, para Montoro nada de esto tiene que ver con los incumplimientos ni tampoco condiciona las exigencias del rigor fiscal. Son, simplemente, las cosas del chachachá.

Aunque en nada ayuda el comportamiento de algunas regiones que, ciertamente, se han pasado el déficit por el arco del triunfo. Que cinco de ellas superen el 2% y dos se acerquen al 3% no dice nada a su favor. Al contrario, ayuda a colorear el rabo y los cuernos que pintaron a las comunidades autónomas desde el inicio de la legislatura.

Desfases estratosféricos que sabían que se estaban produciendo pero que no atajaron porque a ver quién tiene arrestos para aplicar la Ley en campaña electoral. Estar en el chachachá y negar la evidencia fue todo uno a pesar de las reiteradas advertencias que venían de Bruselas.

Sin embargo, en su conjunto y en estos años duros, el esfuerzo de aplacar el presupuesto ha sido superior en las administraciones territoriales tras exigirles al menos cinco veces más el volumen de ajustes que se asignaba el Estado.

Mientras, y solo en 2015, el Gobierno central aumentó el déficit de la Seguridad Social en más de 13.000 millones. Es lo que tiene presupuestar bajo los efectos musicales. Solo así se explica que los ingresos reales para el pago de pensiones crezcan a un ritmo del 1% frente al 7% que estimaron.

De la recaudación tributaria, más de lo mismo, es decir, por debajo de lo previsto. Solo en los dos primeros meses de este año el desvío ya supera los 1.300 millones aunque, eso sí, sacando pecho por una rebaja de impuestos que, visto lo visto, no parece que fuera lo más prudente para las arcas públicas.

No les queda nada a los que salgan del nuevo gobierno. No solo se enfrentan a la falta de credibilidad de un país que no cumple con Europa, sino que nos pondrán a bailar al ritmo de más impuestos y más recortes. Ya verán, con lo que viene, qué pocas ganas tendremos de chachachá.

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