La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cada cosa en su sitio

El secreto bien violado

Enclavados en pequeños territorios de diversos estados, los paraísos fiscales siguen siendo más fuertes que los gobiernos y las instituciones supranacionales (Unión Europea, por ejemplo) que se comprometieron a hacerlos desaparecer. Ardua tarea, cuando hay naciones enteras (Suiza, Luxemburgo...) que viven de la actividad "paradisiaca" y el actual presidente de la Comisión Europea (Juncker) fue durante años primer ministro luxemburgués. La relación de nombres y/o empresas de uno solo de los despachos (Mossack Fonseca) dedicados en Panamá al fácil acomodo de capitales evadidos de la tributación fiscal en los países que los generan ha movilizado un gran escándalo. Más de 300 periodistas de todo el mundo trabajaron durante un año en el descubrimiento de ese foco, recién revelado a la opinión pública.

Su trabajo es valioso y lo sería mucho más si diera lugar a acciones político-financieras en los países de origen. Aunque trabaje para miles de sociedades off shore, un solo despacho de un solo paraíso no es más que la punta del iceberg, pero demuestra que la "inviolabilidad" del secreto bancario puede -y debe- ser violada. La relación de políticos (incluidos jefes de estado y primeros ministros como el forzado a dimitir en Islandia), empresarios, artistas o deportistas implicados resulta escalofriante. El estatus de sus dineros expatriados puede ser legal si se declaran a las haciendas nacionales, pero en todos los casos se trata de elusiones/evasiones que en conjunto restan a los países respectivos un enorme potencial inversor. El problema es ése: que la riqueza generada aquí no revierte en la economía productiva de aquí sino en la de no se sabe dónde. También lo legal puede ser inmoral e insolidario.

La ruptura del secreto que lograba opacar estos tráficos prueba el cambio imparable del mundo. No es la de Panamá la primera revelación masiva, pues la precedieron otras tan sonadas como la lista Falciani. Pero no se trata ahora de la venganza de un funcionario contra las opacidades de su banco, sino de una investigación periodística articulada entre profesionales libres de muchos países a través de Internet, un espacio de comunicación ineludible pero incontrolable, como ya verificaron las revelaciones de Assange y Snowden en lo político y lo diplomático. La impotencia de los estados, o la interesada apatía de sus gobiernos, no garantiza las acciones acordadas en el seno de la UE contra los paraísos fiscales. Legales, o no, las hasta ahora ocultas transferencias de riqueza serán al menos del dominio público. Ciertamente, el mundo está cambiando.

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