La Provincia - Diario de Las Palmas

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Desde mi noray

Un salto de gigante

El pasado miércoles tuvimos ocasión de asistir a la presentación en sociedad de la Universidad Internacional de Canarias de la mano de la Fundación Canaria Bravo y Murillo. Fue un acto entrañable, que puso de manifiesto la fé de unos empresarios canarios, capitaneados por Ángel Ferrera, que hace 28 años creyeron en este proyecto al colocar dos importantes cimientos, como han sido la Escuela de Comercio Exterior (Escoex) y el Instituto para la formación de los empresarios con sus cursos anuales con más de 2.500 graduados en Comercio Exterior y Marketing.

La nueva Universidad que abrirá sus puertas el próximo mes de septiembre, nace con una vocación atlántica, de ser nexo de unión con todos los países vecinos creando un espíritu nuevo para formar a alumnos innovadores que necesita nuestra región y el mundo exterior, preparados en los campos de la Economía-Empresa, Turismo, Ciencias de la Salud y Tecnología, con un bagaje inicial de diez titulaciones.

Es evidente que el nacimiento de esta Universidad privada bebe en las fuentes del creador de los Puertos Francos en 1852, Don José Bravo y Murillo que tanto bien hizo a Canarias para el desarrollo de nuestra economía y de forma fundamental para la creación posterior del Puerto de La Luz que fue sin lugar a dudas de forma simbólica la primera Universidad del Atlántico Medio que abrió a las Islas a las rutas marítimas de todo el mundo.

Por ello nos alegra que este espíritu haya sido recogido por la Fundación Bravo y Murillo como un legado de las anteriores generaciones, para preparar a los jóvenes en una nueva dinámica que exige la demanda de una sociedad global cada vez más internacionalizada, que pide a gritos una mejor preparación para afrontar los desafíos de los nuevos tiempos. El salto es de gigante pero la fe de sus promotores es inmensa.

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