La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Gente corriente

Para ti, el del paraíso

Mientras tú, listillo millonario, campabas por el paraíso nosotros, tontos sin dinero, abríamos el infierno. Mientras tú, inestimado estafador, ocultabas tus ingresos nosotros no podíamos escondernos. Y mientras tú, mentiroso insolidario, evadías tus impuestos nosotros, mordidos por el paro, los recortes y las subidas tributarias, teníamos que ponerlo de tu parte y de tu imponente colección de sociedades panameñas.

Aun sabiendo que te importa dos mojones, esto va dedicado a ti, presunto delincuente, que esconde su pasta y su indignidad en el paraíso. Titular de algunas de las 214.000 empresas, solo en el bufete descubierto, creadas para engañar; pantallas interpuestas para escaquear, defraudar y golfear.

Una imponente maquinaria de abogados y bancos al servicio de políticos, empresarios, deportistas y artisteo. Todo bien armado para escabullirte en la más absoluta oscuridad. En la más absoluta impunidad.

Habrá que decir que tener una sociedad offshore no te sitúa en la ilegalidad. Como también habrá que demostrar que has tenido un comportamiento delictivo. Pero, al menos, tendrás que responder para qué y por qué colocas tu dinero en un paraíso fiscal abonando con ello abultadas facturas a intermediarios y testaferros.

Y como el motivo no será que ya en España no regalan vajillas por abrir una cuenta o libreta, pues habrá que deducir, opaco adinerado, que mucho te compensará tanta molestia y tanto gasto.

Espero, sin mucha fe, que te trinquen. Que si has defraudado te metan el puro de tu vida. Que devuelvas todo lo que me has robado a mí y al resto de ciudadanos que sosteníamos este país mientras tú exhibías sonrisa caribeña y mandabas mails en inglés al despacho de tus exóticas empresas.

Si eres de los que evaden 88.000 millones de euros anuales, según calcula el sindicato de técnicos de Hacienda, te mereces algo más que el escarnio público, tus apellidos impresos en los Panama papers y la pena de dos telediarios para vergüenza de tu suegra.

Aunque no lo sabes -porque no tributas aquí ni en ningún otro sitio- cuando uno de nosotros incumple un plazo o equivoca una liquidación, nos cae encima una apisonadora de nombre Agencia Tributaria. La misma que no solo no dispone de los controles necesarios para agarrarte sino que reparte perdones, mediante pequeñas penitencias, a través de amnistías fiscales reservadas solo para ti.

Así fue en 2012, donde afloraron 40.000 millones recaudando unos escasos 1.200 millones mientras que de aplicarte el castigo que te mereces tú y tus compis serían más de 15.000.

Y, aunque tampoco lo sabes -porque vas al sector privado- en España hemos recortado el estado del bienestar, ese que tú has contribuido a destruir. Durante la crisis, al menos, 50.000 millones de euros han sufrido el rigor de la tijera en los presupuestos públicos que no se habrían esfumado si tú no hubieras defraudado.

Sí, sé que te sigue importando dos mojones. Que nos hayamos empobrecido al tiempo que tú te has enriquecido no forma parte de tus conversaciones. Pero que sepas que, mientras hago la declaración de la renta, es lo mismo que me va a importar a mí cuando, con suerte, le tengas que rezar al diablo para que frene tu cuesta abajo desde tu infame y despreciable paraíso.

Compartir el artículo

stats