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El mundo actual

Héroe y asesino

Otto Skorzeny, el comandante nazi que perteneció a la guardia personal de Hitler y que protagonizó uno de los episodios más espectaculares de la II Guerra Mundial -la liberación en una espectacular operación comando del depuesto dictador italiano Benito Mussolini-, fue reclutado por el Mossad (servicio secreto de Israel) en los años 60 para liquidar a científicos alemanes fugados que trabajaban para el desarrollo del programa militar egipcio. Skorzeny en persona mató en 1962 en Múnich a Heinz Krug, experto en misiles que había trabajado en el desarrollo secreto de los devastadores misiles nazis V1 y V2. Le pegó un tiro en la cabeza sin pestañear.

Según recientes informaciones, quien fuera "el hombre más peligroso de Europa" -también conocido como Caracortada por la gran cicatriz que cruzaba su rostro- fue fichado por Israel a principios de 1962 por métodos que parecen sacados del cine. Skorzeny y su esposa, la condesa Ilse von Finckenstein, conocieron en Madrid, donde vivían, a una pareja de alemanes que les contaron que habían sido robados y no tenían ni pasaporte, ni dinero ni equipaje. El matrimonio congenió con la pareja y la invitó a su casa. De pronto, Skorzeny, que por algo había sobrevivido a muchas encerronas, sacó su pistola y encañonó al hombre acusándolo de trabajar para el Mossad. En parte era verdad. Eran agentes de Israel, pero su intención no era matar al exmilitar. "Si hubiéramos venido a asesinarte llevarías semanas muerto", le respondió el agente masculino. En realidad, el agente israelí le traía una oferta para colaborar con ellos en la llamada operación Damocles a cambio de blindarle contra el temido cazador de nazis Simon Wiesenthal. Skorzeny se reunió en secreto con el jefe del Mossad, Isser Harel, quien le ordenó que tirara de agenda, viajara a Egipto y consiguiera información sobre los científicos alemanes y hombres de negocios que ayudaban a Nasser a desarrollar misiles. En una de esas giras hizo entrega de un paquete bomba que mató a cinco egipcios que trabajan en el programa. El plan de Israel funcionó: muchos científicos alemanes se fueron de Egipto aterrorizados y el proyecto egipcio se abandonó. El historiador Guy Walters afirma en un reciente artículo donde relata todos estos hechos que cuando le preguntó al cazador de nazis Efraim Zuroff si creía que Skorzeny, que murió en 1975 en Madrid a los 67 años, había estado involucrado, le dijo que era "verdad". Y cuando le preguntó "si todavía habría que exigir justicia para un nazi, incluso si había ayudado al Estado de Israel", su respuesta fue simple y contundente: "Sí".

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