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La que se avecina

Eliminar impuestos

Nadie quiere pagar impuestos ¿Cómo eliminarlos? Un economista y político yanqui, Henry George (1839-1897), encontró la solución: eliminar todos menos uno, que es más un alquiler que un impuesto: la renta de la tierra.

George tuvo mucho éxito y a principios del siglo XX su "Impuesto Único" era popular. En el Reino Unido con el gobierno liberal -de Lloyd George, con Churchill en el gabinete, creo-, los Comunes aprobaron la reforma de Henry George: el impuesto a (el pago del alquiler de) la tierra. Pero los Lores -que aún tenían poder legal para hacerlo y eran todos terratenientes- la vetaron.

Luego vinieron dos guerras mundiales, los escenarios cambiaron. Las ideas de George pasaron a segundo plano en el discurso político-económico, pero sobreviven, se aplicaron, y aplican -siempre con mucho éxito- en diversos países y territorios (N. Zelanda, Hong Kong, Taiwán, el exitoso Singapur, zonas de Australia, Dinamarca por un tiempo, Pennsylvania) y son defendidas y reivindicadas por economistas de la talla de Paul Krugman y -más aún- Joseph Stiglitz, ambos Premios Nobel de economía.

La vergüenza de Panamá se hubiera evitado con economías georgistas. Los listos, y todos los demás -nosotros incluidos- pagaríamos muchos menos impuestos, sin necesidad de hacer trampas.

Los propietarios de la tierra sí, pagarían sin escapatoria: la tierra no se puede ocultar en paraísos fiscales. Por eso tantos economistas defienden el "Land Value Tax", el impuesto al valor de la tierra; tan proficuo como el IVA, pero infinitamente más justo (sólo pagan los propietarios del suelo, enriquecidos por el esfuerzo de los demás) y fácil de cobrar, sin paraísos fiscales.

Con esta crisis, y las que la acompañan, no sería de extrañar un futuro de "economía georgista" en el horizonte: un impuesto al valor de la tierra -un Land Value Tax- y una drástica reducción general de los demás impuestos, incluido el injusto IVA, que pagan por igual ricos y pobres. Puede muy bien ser una solución; y quizá la que se avecina. ¿Por qué no?

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