Perdonen si el título se parece más a la entradilla sobre un prolongado carnaval o salvaje botellón que a una referencia deportiva afín al espacio en que aparece. Pero la verdad es que tenemos un calendario y temporada de fútbol tan llena de intereses de televisión, ventas y compras de cracs -a quienes fichar sin hacer trampas entre mentirosos de toda pinta ya sea nacional, extranjera o aspirantes a la independencia, aparte de chinos, jeques o sultanes, que ya no llenan sus harenes de mozas de buen ver sino de Apolos de medio pelo de torso pecho y patas afeitadas, cargados de aretes , anillos y gargantillas de antitortícolis, ofrecidos y comprados a tantos millones el metro (comisiones aparte)- que resulta que no te dejan tiempo a razonar o especular sobre pros o contras de esta original muchachada a la que te ponen en el rectángulo casi cada día con el va y viene de las montañas y las kilométricas costas de nuestros tres mares españoles (una hora antes en Las Palmas).
En esa movida ya hemos pasado por casi todo en una película que puede traernos hoy mismo, antes de acabar, el feliz letrero de FINIS que ya nos emborrachó hace poco con el grito de ¡Somos de Primera! Ahora puede, y debe ser, sino hoy mañana, el soplo sereno de ¡sooo, quietas las vacas, ay que seguimos en Primera!
Sería justo premio a los méritos que logró agrupar sin gastos complementarios, algo que raras veces se ha venido dando con repetición, en el club amarillo. Una conjunción certera que va, desde la presidencia salvando escollos, el equipo jugador salvando rivales, la masa aficionada respondiendo por encima de la media conocida y esa afortunada aparición de Quique Setién a cuyas inclinaciones se avino la tropa hasta el extremo de romper moldes pasados y convertir en paseíllo final lo que amenazaba ser un infierno difícil de superar, como ha sido lo de conseguir que una racha se convirtiera en un rancho de rachas. Cierto que el fútbol es fútbol, pero es que ¡Está tan cerca la campanada! Celebrarlo juntos entre aquellos que tantos apuros pasaron puede ser recuerdo imborrable y de eso se trata hoy frente al Español. Que cada cual ponga lo suyo ¡VAMOS!
