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Punto de vista

Soria, el PP canario y la Hidra de Lerna

Los rescoldos aún calientes del cadáver político de Soria nos han demostrado a muchos que aquello de que "cuando un amigo se va, algo se pierde en el alma", también se cumple al revés, "cuando un enemigo se va, algo se gana en el alma".

Los ciudadanos de esta tierra algo hemos ganado en el alma tras el derrumbe de uno de los grandes enemigos de Canarias, enemigo de sus riquezas ambientales, pues era aquel que autorizó las prospecciones petrolíferas, enemigo de su soberanía energética, pues era aquel que legisló para mandar al ostracismo a las energías renovables... Era aquel que contribuyó sobremanera, todo lo que pudo, en dejar al Archipiélago en unas condiciones existenciales muy duras.

La caída de este personaje deja al Partido Popular de Canarias descabezado. Durante su reinado se encargó de expulsar a toda persona que le pudiera hacer sombra, rodeándose siempre de enanos, palmeros y babosos. Cuentan que algunos que se marcharon y emprendieron su lucha -en primerísima persona- por separado en Gran Canaria, se están dando cabezazos contra la pared, pensando que ahora podría ser su momento.

En clave ya de las próximas elecciones generales de junio, en mi opinión, Canarias puede ser uno de los feudos en los que el Partido Popular se desplome. Incluso puede convertirse en una comunidad en la que pase a ser una fuerza política secundaria, como ocurre en Cataluña o País Vasco.

Para que esto ocurra, a mi entender, es esencial que se produzca el mayor proceso unitario progresista de la historia de este territorio, que se acuda a la citada contienda electoral con una marea que englobe a la gran mayoría de las fuerzas democráticas, de la izquierda y del campo progresista en todos los ámbitos: político, sindical, vecinal, en el mundo de la cultura y la intelectualidad... y desde todos los sectores: docente, sanitario, funcionarial...

No podemos permitir que el Partido Popular de Canarias, tras el ocaso político de Soria, se convierta en la Hidra de Lerna de la mitología griega, aquel monstruo que cuando se le amputaba una de las cabezas inmediatamente le volvía a crecer otra en su lugar.

Ahora el viento está en la popa, el punto de partida ha cambiado radicalmente desde las últimas elecciones generales. La situación no es la misma que la existente antes del 20D, justamente porque media el 20D. Este cambio lo ha generado Podemos y sus confluencias y queda retratado en sus más de cinco millones de votos a nivel estatal y más de 230.000 en Canarias -2ª fuerza en votos del Archipiélago-.

Es ahora, en las próximas elecciones generales de junio de 2016 cuando es previsible que se produzca el vuelco decisivo. Y es con el proceso unitario, emprendido por Podemos y otras formaciones democráticas y de izquierda, cuando debemos y podemos decir con el poeta: "¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar!"

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