Cuando la coyuntura socioeconómica nos exige revisar las reglas del juego democrático y definir nuevas políticas, le vendría muy bien al PP leer El Contrato Social, escrito en el siglo XVIII por el pensador ilustrado Jean-Jacques Rousseau, pues sus ideas resultan de máxima actualidad para una sociedad laica plenamente integrada en el siglo XXI.

Como explica el filósofo del Siglo de las Luces, el significado etimológico de la palabra político era en origen 'ciudadano' pero hoy en día viene a significar en muchos casos 'embaucador de ciudadanos'.

Convendría, pues, devolver a nuestra sociedad laica el recto sentido de esta palabra en teoría y praxis.

Ello implica ponerse al servicio del pueblo para gestionar los asuntos públicos en aras del interés general, y no solo para ciertos estratos de la sociedad afines a la ideología católico-monárquica del PP, ya que, como afirmaba Rousseau, para que la cohesión social se refleje en una equilibrada clase media alejada de la indigencia y en una adinerada clase alta igualmente alejada de la opulencia, es necesario imponer un gravamen a las grandes fortunas, de manera que nadie sea tan pobre como para caer en la tentación de venderse al mejor postor ni tan "patriótico" como para figurar en los papeles de Panamá, añadiría yo...