La Provincia - Diario de Las Palmas

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A la intemperie

Oraciones gramaticales

Dicen los candidatos que la ventaja de estas segundas elecciones es que ahora nos conocemos todos un poco mejor. No sé, quizá se conozcan mejor entre ellos; tal vez nosotros hayamos averiguado rasgos que ignorábamos del carácter de este o aquel. ¿Pero qué saben ellos de nosotros? Poco. No tienen ni idea, por ejemplo, del cansancio que nos produce el conjunto de los argumentos precocinados con el que cada grupo culpa al otro del fracaso de las negociaciones. Parecen robots dotados de un número limitado de frases que utilizan de manera mecánica desde la hora del desayuno a la de cena. En el telediario de las nueve repiten con la misma expresión las oraciones gramaticales pronunciadas en el informativo de las ocho de la mañana. Las llamo oraciones gramaticales porque carecen de otro valor que no sea el de la mera forma. El contenido, si alguna vez lo tuvo, se ha filtrado por los poros como el agua por una vasija de arcilla mal cocida. Todas sus frases están mal cocidas, cuando no crudas. Acabo de escuchar, y no es más que un ejemplo, a Pedro Sánchez hablar por la radio de la importancia que representa para el proyecto socialista la presencia de Eduardo Madina. Es tan necesario que el 20 D lo colocó en el número siete de las lista, donde las posibilidades de salir eran nulas. Y con el agravante de privilegiar a Irene Lozano, que había dicho desde UPyD lo que no está escrito del PSOE, y a la advenediza Zaida Cantera. Si lo piensas, a Sánchez solo le faltó escupir a Madina en la cara. Y en cierto modo lo hizo. A la pregunta de qué puesto le va a adjudicar ahora, responde con toda la jeta que el mismo, pues siente por él un aprecio sin límites y quiere contar con su talento político en la nueva etapa que se abre, etc.

- ¿Y a Irene Lozano? -le preguntan.

Y responde que no va a modificar las listas, adornando el disparate con más gramática vacía, más sujetos, más verbos, más complementos directos o circunstanciales no siempre debidamente colocados. Apenas cuatro horas después nos enteramos de que la propia Irene Lozano se marcha por propia iniciativa y, suponemos, porque le da vergüenza su situación dentro de un partido al que detesta. ¿Nos vamos conociendo?

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