Uno de los problemas que más disuaden la inversión en los países africanos en la inseguridad jurídica. ¿Qué clase de leyes rigen en esos países? ¿Funciona bien la Justicia? ¿Cabe fiarse de los jueces? ¿Y de los abogados?
Es posible que hayan llegado a nuestros oídos todo tipo de historias en relación a la aplicación de la justicia en esos países, y algunas nada favorables. Existe incluso una asociación de empresarios españoles afectados por la extorsión en Marruecos.
Se añade al problema el hecho de que la justicia en Marruecos no es en francés, sino en árabe, lo que complica aún más el seguimiento. Hay que ponerse en manos de los juristas locales. Ello no quiere decir que no haya abogados honestos que trabajen de maravilla. Tengo constancia de que los hay. Pero, ¿y si evitamos los problemas jurídicos que nos exijan acudir a los abogados y a los jueces marroquíes?
Ante la espera de que la legislación marroquí termine su lento proceso de transparencia y homologación con el Derecho europeo, la solución puede estar en el arbitraje. A tal fin, se creó por parte de las autoridades españolas y marroquíes la Corte Hispano Marroquí de Arbitraje, que se presentó en febrero de 2007 con la presencia del ministro de Justicia de Marruecos, entre otras personalidades.
Esta Corte se halla compuesta por juristas de ambos países, así como por árbitros internacionales, y fomenta el arbitraje en las cada vez más frecuentes relaciones comerciales entre ambos reinos. Nace en el seno de la Asociación Europea de Arbitraje, con el fin de ofrecer una mayor seguridad jurídica y confianza en las relaciones comerciales entre España y Marruecos.
Este proyecto de corte de arbitraje, que en un primer momento podría ser considerado otra declaración de intenciones sin aplicación práctica, sigue teniendo recorrido, ya que a finales de 2012 comenzaron a realizarse los primeros arbitrajes en idioma francés. Y el 26 de noviembre de 2013 tuvo lugar en Casablanca la presentación de su nuevo reglamento, así como su nueva sede, la Cámara Oficial de Comercio de España en Marruecos. En julio de este año Javier Íscar de Hoyos, secretario general de la Asociación Europea de Arbitraje, fue nombrado nuevo presidente de la Corte Hispano Marroquí de Arbitraje, y Abdelmalek Ouardighi, abogado de Casablanca, secretario general de la misma.
Sin embargo, este órgano tampoco se ha excedido en cuanto a trabajo se refiere. De momento, la Corte Hispano Marroquí de Arbitraje ha tramitado solo seis arbitrajes entre empresas españolas y marroquíes. Los sectores abarcados han sido los de distribución, construcción y servicios. La empresa demandante ha sido en el 65 por ciento de las ocasiones española, con una cuantía media por asunto de 727.000 euros, y se ha preferido en dos de cada tres arbitrajes que la decisión correspondiera a un tribunal en vez de un árbitro único.
Como solución es ideal, siempre que funcione. Para ello es imprescindible incluir en los contratos que se realicen con marroquíes una cláusula que diga con claridad que las controversias se resolverán definitivamente mediante arbitraje, administrado por la Corte Hispano Marroquí de Arbitraje, de conformidad con su Reglamento de Arbitraje vigente a la fecha de presentación de la solicitud de arbitraje.
No se olviden.
(*) Director jurídico de la consultora BMG África. gambin@bmgafrica.com
