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Opinión

Instituto Laboral de Guía en 1950

En este mismo periódico hemos leído días pasados la crónica del acto institucional celebrado en Guía de Gran Canaria para festejar el 65 aniversario de la creación en 1950 del que fue llamado en su época Instituto Laboral. Como contribución a la citada efemérides nos permitimos resumir la pequeña historia que culminó con la apertura de aquel novedoso centro de enseñanza. Nos van a permitir que, al final, puntualicemos algunos detalles que aparecieron en la crónica periodística que, sin lugar a dudas, le fueron transmitidos al autor de aquel trabajo.

Dos de los primeros centros de Enseñanza Media y Profesional popularmente conocidos como institutos laborales que se crearon en España a mediados del pasado siglo se pusieron en marcha en Gran Canaria, concretamente el primero en Guía y un par de años después otro en Telde, ambos en la modalidad agrícola y ganadera, que constaba de cinco cursos, además de estudios dedicados a la enseñanza agraria y física y química aplicada a la agricultura, destacando las prácticas experimentales que tenían supremacía sobre lo teórico para lo que dispondrían de granjas agrícolas experimentales.

En 1950, ante la movilización general que solicitaba el entonces Ministerio de Educación Nacional -del que era titular Joaquín Ruiz Giménez-, en el preámbulo de la Ley que había presentado a las en aquella época llamadas Cortes sobre creación de Institutos Laborales, el entonces alcalde de la ciudad norteña Juan García Mateo en su interés por ofrecer a los vecinos cualquier tipo de enseñanza media, solicitó la creación de uno de estos Institutos en la especialidad agrícola y ganadera (aunque también se impartían clases complementarias de carpintería y metal), en aquella localidad que le fue concedido en el mes de mayo de aquel mismo año, para lo que el ayuntamiento se comprometió a ceder el edificio que habitaba hasta aquel momento el Colegio Santa María, a la entrada del pueblo y que había sido tiempo atrás cuartel del batallón allí guarnecido, además de varias hectáreas de terreno en el barrio de La Atalaya para destinarlo a la preceptiva y necesaria Granja Agrícola Experimental, aparte una subvención adicional para el profesorado que nombrara el citado departamento ministerial y el material necesario para la puesta en marcha del primer curso. Era, pues, el primer centro de este tipo que se ponía en marcha en Canarias, al que se le puso el nombre de 'Sancho de Vargas', en cuyo primer curso 1951-52, según los datos logrados de la prensa local de entonces que no cita su nombre, la directora era una profesora, suponemos que lo fue la que ya ejercía como docente en el colegio, Encarnación Reverter, y en cuyo claustro figuraba también el recientemente fallecido Victorio Rodríguez como profesor de dibujo que fue el autor del que aparece como ilustración, (el propio edificio del centro) en la portada de las Memorias editadas en los primeros años.

En 1954-55 aparece dirigiéndolo Juan Simavilla y a partir de 1955-56 Ignacio Arencibia Miranda que lo fue durante muchos años y también alcalde de la localidad de 1968 a 1975.

La corporación municipal de Telde bajo la presidencia de Manuel Álvarez Cabrera inició las gestiones en 1951, que proseguiría su sucesor Juan Ascanio González hasta conseguir su autorización en agosto de 1953 igualmente en la modalidad agrícola y ganadera, aceptando el ministerio el ofrecimiento del Cabildo de Gran Canaria y del propio ayuntamiento los terrenos que se habían adquirido a hijos de Diego Betancor con destino a la obligada Granja Agrícola Experimental. En aquel periodo, refiere el profesor Francisco Sancho Soriano, "acababa de nacer el tercer centro de Enseñanza Media de Gran Canaria tras los institutos Pérez Galdós de Las Palmas y el Laboral de Guía (1950).

El cuarto sería más tarde el de Agüimes, hoy I.B. Joaquín Artiles. El primer claustro de profesores del Laboral teldense, -para cuyo centro se proponía darle el nombre de Santiago Ascanio Montemayor, iniciativa que, según Sancho Soriano, no prosperó-, se constituye en noviembre de 1954, mes en el que se inicia igualmente el primer curso, en el que nos ha parecido entender que aparece como director Juan Pulido Castro, persona entrañable de gran temperamento que, metido en la política, fue procurador en las antiguas Cortes del anterior Régimen y presidente del Cabildo de Gran Canaria entre 1970-1974.

Hasta 1967 en que, en tiempos del ministro Lora Tamayo, se promulga una ley por la que se unifican los Bachilleratos General y Laboral, declarándose a extinguir estos últimos "que se transforman en Institutos Técnicos de Enseñanza Media imponiéndose el entonces llamado Bachillerato General, con un efímero plan de estudios".

Por razones obvias contamos con más datos curiosos, y en todo caso intrascendentes para la mayoría, referidos al Instituto Laboral de Guía. Por ejemplo lo visitaron, en noviembre de 1953 los ministros de Educación Nacional Ruiz Giménez y en octubre de 1961 el que lo era en aquella época Jesús Rubio y García-Mina, en esta ocasión acompañado con los directores generales de Enseñanza Laboral y el de Enseñanza Universitaria.

Y, porque en los últimos años han figurado en el mundo político de la ciudad y de la isla, no nos resistimos a señalar que en este curso 1951-52 obtuvieron matrículas de honor los que eran sus alumnos, de primero Marino Alduán Guerra que ocupó la Viceconsejería de Educación en la época de José Mendoza, y de tercero Ángel Trujillo Jorge, que luego sería alcalde de la localidad entre 1991-1993.

No parece oportuno puntualizar, como ha quedado dicho, que el primer Instituto Laboral de Canarias fue el de Guía, seguido del de Telde. Que el cura José Rodríguez, el boticario Juan Izquier, el militar Vicente Barea y el funcionario municipal José Quintana no tuvieron ninguna relación con la creación de este Instituto y que fueron los impulsores de la puesta en marcha a finales de los años treinta del Colegio Santa María que tuvo su primera sede en la calle de la Carrera y más tarde en el edificio de la carretera, junto al barranco de las Garzas que había sido sede del batallón.

Finalmente que Luis Cortí, su esposa Encarnación Reverter y Pilar Corti, casada con el que fuera alcalde Juan García Mateo, ya estaban en Guía en 1950 pues habían llegado allí veinte años antes para conformar el primer claustro del Santa María del que formaban parte también, entre otros, el aldeano Juan Sosa y la agaetense Julia Menaoza.

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