Anna Gabriel, diputada de la CUP en el Parlamento de Cataluña, levantó recientemente una polvareda polémica al manifestarse partidaria de tener hijos en el seno de una tribu que ayudase a cuidarlos. " Si pudiera formar parte de un grupo que decidiera tener los hijos en común , creo que me satisfaría la idea" dijo. Y luego añadió : " Nuestro actual modelo familiar tiende a fomentar que las personas que tienen hijos sean conservadoras". La frase fue inmediatamente difundida por los medios y desde los sectores más reaccionarios le llovieron críticas feroces. En su mayoría sarcásticas porque en la mentalidad neocolonial suele asociarse la palabra tribu con una peligrosa agrupación de individuos salvajes a los que conviene erradicar a tiros ante la imposibilidad de su asimilación por la gente que se comporta como Dios manda. Y buena parte de las películas que vimos en nuestra infancia y adolescencia respondían a ese esquema simplista. En realidad, la palabra tribu está muy alejada de esa concepción peyorativa y en cualquier diccionario de la lengua española es posible encontrar acepciones que van desde describir a una agrupación social o política basada en la raza hasta a una familia muy numerosa. Y en esa interpretación más ajustada salió en defensa de la diputada anticapitaista, Angeles Gonzalez Sinde, la que fue ministra de Cultura en uno de los gobiernos de Rodriguez Zapatero. Según la señora Gonzalez Sinde, que escribe un artículo titulado " En defensa de la tribu" en un periódico catalán, hay que agradecerle a Anna Gabriel la oportunidad de colocar en los medios y en el debate político un asunto como este. " La tribu a la que se refiere la señora Gabriel- escribe- es un concepto conocido para cualquiera que haya leído un poquito sobre dinámicas familiares o haya pensado por sí misma sobre su propia dificultad para criar hijos en este mundo de ciudades y rutinas inabarcables. En tribu se han criado a lo largo de los siglos los niños, entendiendo por tribu los parientes, hermanos, tíos y tías, abuelos, pero también vecinos, habitantes de la misma corrala, del pueblo, o del barrio". Luego, la exministra de Cultura pone en contraste esa forma de crianza con la situación actual de hijos únicos y dificultades crecientes para educarlos en una sociedad donde predominan el individualismo y la competitividad . " No hay que ser un genio - concluye- para entender que niños y progenitores necesitan una red protectora, pero si muy cazurro para insultar a quien habla de ello". Hay que darle la razón a la señora Gonzalez Sinde y alabar su valor de oponerse a la cazurrería mediática que es una tribu agresiva y especialmente belicosa. Antes de emprenderla contra la diputada de la CUP lo hicieron también contra otras militantes de la misma formación política por haberse atrevido a proponer la sustitución de los tampones femeninos por copas menstruales, compresas de tela, o esponjas marinas, al considerar esos métodos como más ecológicos y sostenibles, aparte de más adecuados para prevenir enfermedades e infecciones. Se calcula que, durante la etapa fértil una mujer puede llegar a consumir hasta 12.000 tampones . Y hay millones de "consumidoras cautivas" de ese enorme negocio como apunta la exministra.